Greenpeace acusa a Garoña de forzar al Gobierno para prorrogar su uso
Greenpeace denunció ayer en Vitoria que la central nuclear de Santa María de la Garoña (Burgos) planea efectuar en las próximas una recarga del uranio que emplea como combustible. La organización ecologista sospecha que, de esa forma, la central, situada a pocos kilómetros de Álava, pretende "forzar" al Gobierno a que permita la prórroga de su actividad solicitada.
El permiso de explotación de Garoña acaba el 5 de julio. Antes, el Ejecutivo central se tendrá que haber pronunciado sobre la conveniencia o no de prorrogar su funcionamiento. El director de Greenpeace en España, Juan López de Uralde, y el responsable del área antinuclear de la organización, Carlos Bravo, aseguraron ante los medios que la supuesta recarga, que permitiría a la central funcionar dos años más, constituye una "política de hechos consumados" por parte de Nuclenor, responsable de Garoña.
Ambos pidieron al Gobierno, "que anuncie cuanto antes que Garoña cierra en julio", ya que, lo contrario, "sería ceder a las presiones de Nuclenor". Argumentaron además que hay motivos de seguridad "más que suficientes" para el cierre, principalmente la corrosión en la vasija del reactor que aparece reflejada en algunos informes de 2007.
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