El Ejecutivo buscó el diálogo directo

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, entregó anteayer al secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, un manual de la asignatura Educación de la Ciudadanía, publicado por la editorial SM, propiedad de la congregación de los marianistas. Lo hizo para subrayar que la asignatura tan criticada por los obispos españoles es en realidad una enseñanza de los valores humanos y de convivencia, algo muy alejado de la leyenda que ha corrido sobre la asignatura.

La Moncloa cree que sus encuentros al más alto nivel -el presidente, la vicepresidenta primera y el ministro de Exteriores- con el secretario de Estado del Vaticano han servido para disipar malentendidos sobre la política del Gobierno hacia la Iglesia y evitar en lo posible que se repitan las tensiones existentes en la pasada legislatura. De ahí que el Ejecutivo haya tenido especial interés en mantener un diálogo directo con el número dos del Papa, al margen del presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela. Para ello, ha distinguido dos niveles de interlocución: la de Estado a Estado, con el representante del Vaticano, que ha dominado su visita a España, y la que mantiene con la Iglesia española.

El Gobierno sabe que los conflictos con la Iglesia española continuarán, ahora especialmente con la reforma de la ley del aborto. Pero cree, también, que no adquirirán la intensidad de la legislatura anterior. Para ello juega con la carta de la visita del papa Benedicto XVI a España en 2011, durante la que participará en Madrid en el Congreso Mundial de la Juventud. El Gobierno cree que al Vaticano y a la Iglesia española no les interesa, en estas condiciones, que sus diferencias en políticas sociales y de ampliación de derechos se vean muy desbordadas como en la legislatura pasada. El Vaticano y la Iglesia española necesitan la colaboración de las administraciones.