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Elecciones 1-M | Galicia

Pendientes de la Audiencia

Touriño y Feijóo, en vilo por las decisiones de Garzón - El PP lanza insinuaciones personales contra Quintana

Carlos E. Cué

La campaña gallega no acaba de romper por ningún sitio, y el temor a una altísima abstención se ha instalado en los partidos, pero ahora ya tiene al menos algo de lo que estar pendiente. La calle Génova de Madrid. Allí están tanto la Audiencia Nacional, donde trabaja el juez Baltasar Garzón, como la sede central del PP, el partido al que el magistrado puede dar el golpe definitivo si decide levantar el secreto del sumario antes del domingo.

Tanto los estrategas del PP como los del PSdeG viven pendientes del juez. Nadie sabe cómo afectará realmente el caso de corrupción en el PP al voto gallego. Los socialistas temen que estos escándalos, en lugar de beneficiarles porque destrozan la imagen del rival, les perjudiquen porque desmotivan a la gente, que con el clásico "todos los políticos son igual de ladrones" decide desvinculares y deja de votar. Aún así, la apertura del sumario antes del domingo, según reconocen estrategas tanto del PP como del PSdeG, rompería por completo la campaña.

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Ayer se acabaron los simulacros. Quedan dos días, el resultado sigue siendo incierto y los partidos, sobre todo alguno, ya no se andan con chiquitas. El PP se está disputando algún escaño, especialmente en Ourense, con el BNG, y los populares han decidido poner toda la carne en el asador y utilizar algo a lo que en España nunca se había llegado: las cuestiones personales de un candidato, Anxo Quintana.

Rajoy mima a Baltar

El líder del PP en Ourense, el todopoderoso José Luis Baltar, con el que Rajoy hacía campaña ayer y al que ha acompañado hasta su pequeño pueblo para dar un mitin, no se ha cortado ni un momento para insinuar líos de faldas de Quintana en plena campaña electoral. Ha llegado a decir que dejar en manos de Quintana la Consejería de Igualdad es peligroso. "No hay derecho a que, con quien es el encargado de cuidar de las mujeres... Algunos ya saben de lo que hablo. Pusimos al ratón a cuidar del queso".

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Como es habitual en él, Baltar tiró la piedra y escondió la mano. No se sabe si insinuaba que Quintana es un mujeriego, un maltratador o un acosador. En cualquier caso, es algo que jamás había sucedido en la política española, y menos a pocos días de unas elecciones.

Rajoy, históricamente muy separado de Baltar, representante del sector de la boina, al que el líder del PP siempre estuvo enfrentado, pasa estos días largas horas con él en sus periplos por los pueblos de Ourense y le rindió pleitesía en su propio pueblo, donde le dijo a los paisanos: "El PP es Baltar, está aquí representado por él". Los populares también han facilitado a los periodistas fotografías del garaje de la casa de Quintana, abollado supuestamente por él mismo, para insinuar ese comportamiento de maltratador.

Y mientras la campaña popular entra en el juego sucio, el candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, se defendía ayer en la SER de las acusaciones de derroche que el PP le lanza todos los días. Insistió en que en la Xunta no hay sillas de 2.000 euros y que él gasta lo mismo que otras administraciones. La campaña sin debate llega así a sus últimas horas sin un sólo cruce de propuestas y con mucho golpe bajo.

El candidato del BNG, Anxo Quintana, baila en un acto con jóvenes en Santiago.
El candidato del BNG, Anxo Quintana, baila en un acto con jóvenes en Santiago.ÓSCAR CORRAL

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