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El espionaje en la Comunidad de Madrid

Los asesores de Granados copan los coches

Los 40 funcionarios de la estructura oficial de la Dirección General de Seguridad Ciudadana de la Comunidad de Madrid se quejan del exiguo parque móvil del que disponen. Sin embargo, el equipo de asesores que depende del consejero Francisco Granados tiene dónde elegir. Por ejemplo, Sergio Gamón, director general de Seguridad Ciudadana hasta que se vio implicado en la irrupción en un despacho de la Consejería de Justicia del que desapareció un ordenador, casi rivalizaba o superaba al consejero. Además de su flamante moto Honda VFR 800 de 14.000 euros -supuestamente destinada al reparto de correspondencia, según el consejero Granados, aunque se la quedara el propio Gamón-, este agente de Aguirre ha tenido para su uso diversos coches: un Peugeot 207, un Toyota Land Cruiser, un Nissan Pathfinder, un Volkswagen Passat y dos Peugeot 407.

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El consejero, en cambio, sólo ha usado dos Audi A6. Su otro asesor, Marcos Peña, dispone de un C-4 para "supervisar contratos", al igual que sus subordinados, los guardias civiles José Luis Caro y Antonio Coronado, que comparten otro C-4, mientras que José Oreja, con mayor ascendencia en la consejería, ha disfrutado en solitario un Peugeot 306 y un Renault Laguna.

Los funcionarios José Manuel Pinto -identificado como uno de los autores del espionaje por dos peritos calígrafos- y José Palomo, que han actuado a las órdenes de Gamón hasta la llegada a la dirección general de Enrique Barón, han usado un viejo Peugeot 306. Otros agentes que están o han estado al servicio de Gamón se reparten así el parque de coches: Belén Espartero usa en solitario un C-4, mientras que sus dos compañeros, José Manuel Rodríguez y Roberto Casielles, compartían otro.

Este diario pidió ayer a portavoces de la consejería de Granados verificar el reparto de vehículos. Lo rechazaron "para no confirmar las matrículas por razones de seguridad". En los partes de espionaje redactados supuestamente por algunos agentes motorizados al servicio de Granados no tuvieron tal consideración hacia sus víctimas: plagaron sus partes de matrículas de coches sospechosos de tener relación con sus objetivos, incluido alguno de la Secretaría de Estado de Seguridad utilizado para contravigilancia antiterrorista.

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