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"Prefiero seguir durmiendo en la calle a volver allí"

"Prefiero seguir durmiendo en la calle a volver a Deba. A mí no me pega nadie". Uno de los jóvenes que denunció ante la fiscalía los supuestos malos tratos que él y otros menores inmigrantes sufrían en el centro de Deba seguía deambulando ayer por las calles de San Sebastián. "No pienso volver", asegura, exigiendo que le envían a otro centro. El pasado jueves durmió en un parque.

SOS Racismo y varios ex educadores del centro de Tolosa afirman que los menores inmigrantes que llegan a centros como el de Deba tienen varios perfiles: algunos son recién llegados y se encuentran en fase de diagnóstico -el centro emite un informe que determinará a qué tipo de recurso será enviado-. La mayoría residía hasta hace poco en otros centros, donde realizaban tareas formativas y educativas. Al ser derivados al de Deba, han dejado de asistir a los cursos: si no se reincorporan a ellos, perderán la oportunidad de empezar las prácticas que deseaban realizar. Muchos de los que se han fugado continúan yendo a los centros de iniciación profesional, asevera la ONG. En un escrito enviado al Ararteko, SOS Racismo señala que los menores son privados de movimiento en Deba, sin distinguir entre los que están cumpliendo medidas de libertad vigilada por algún incidente violento o delito y los demás.

Algunos de los citados educadores recalcan que es muy duro trabajar con estos jóvenes, que suelen agredirles, mientras que otros que han sabido ganarse la confianza de los menores saben que nunca serán atacados.

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