"El árbitro nos ha desquiciado a todos"
Caparrós censura con dureza a Muñiz y asegura que fue quien paró a su equipo
Pitó penalti Muñiz Fernandez y atronó una ovación en San Mamés. Había ocurrido muchas veces en La Catedral, pero nunca antes cuando el damnificado había sido el titular, el Athletic. Higuaín anotó el 2-5 y el episodio ilustró a la perfección lo mucho que de exagerado, excesivo y desproporcionado tuvo un partido que el Athletic afrontó con excesivo ímpetu. Los leones quisieron intimidar al Madrid como días antes habían hecho con el Sevilla. Además, San Mamés reprodujo con fidelidad la escenografía y la acústica que el martes ofició en Anfield el funeral europeo del Madrid, pero los bilbaínos confundieron ayer tensión con sobreexcitación, entusiasmo con agresividad, y el partido fue una sucesión continua de golpes, empujones y rifirrafes.
Pegó primero el Madrid (Lass y Huntelar), lo que aportó al Athletic la coartada perfecta para plantear un partido de barrio. Tampoco el Madrid estuvo excesivamente señorial, posiblemente como mecanismo de defensa. El incidente que arruinó el partido fue la expulsión de Yeste. Heinze hizo el 1-2 en propia puerta y Casillas afeó a Yeste que no echara el balón fuera cuando Sneijder se dolía sobre el césped. Yeste empujó al guardameta blanco y éste cayó fulminado, las manos en la cara. Muñiz echó al vizcaíno.
"Yeste le ha pasado la mano e Iker se ha tirado", dijo Joaquín Caparrós, el técnico del Athletic. "El árbitro nos ha desquiciado a todos: a los jugadores; a mí, que no me he comportado en la banda como debía, y al público. No se puede parar a un equipo que sale como hemos salido salvo con el arbitraje". Asimismo, censuró el criterio de Muñiz a la hora de sancionar las faltas. "Así nos pasa luego cuando nuestros equipos juegan en Europa, que nos tocan un poco y pedimos falta. Todos tenemos en la retina el primer gol del Liverpool", dijo en clara alusión al Madrid y Juande Ramos.
