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Reportaje:Vuelta de los cuartos de la Liga de Campeones

En guardia y en capilla

El Barcelona recela del victimismo del Bayern Múnich en un amenazante Allianz Arena

Ramon Besa

¿Cómo se gestiona un partido de vuelta con una ventaja de 4-0? No hay guión que valga ante un resultado tan atípico. En cualquier caso, el Barça se ha puesto en guardia. La visita a Múnich tiene para Pep Guardiola la liturgia de los partidos solemnes, como corresponde a unos cuartos de la Copa de Europa. Ayer atendió a la prensa pese a estar suspendido para el día de hoy y, excepto el sancionado Márquez, ha viajado con sus mejores futbolistas para "atacar y procurar marcar y ganar". Habrá que aguardar a la alineación para saber la importancia que da a un encuentro que, en apariencia, ha perdido dificultad respecto al que le aguarda el sábado en Getafe, donde el barcelonismo vivió hace dos años uno de los escarnios más grandes de su historia cuando fue eliminado de la Copa: 4-0.

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A los azulgrana les avala ante el Bayern el marcador del Camp Nou y una buena racha: siete victorias consecutivas y a Valdés no le meten un gol desde el 11 de marzo (542 minutos), cuando le batió Juninho. Los barcelonistas, por lo demás, sólo han perdido cinco partidos -dos en los últimos cuatro meses-, ninguno por más de un gol, y únicamente se han quedado sin marcar en Soria, Cracovia y Montjuïc. No se le recuerda todavía un encuentro horroroso ni un resultado sangrante, excepto la media hora inicial en Lyon, de manera que el técnico tiene que evocar a la memoria para prevenir a su plantilla.

"Yo viví lo del Kaiserslautern. Los alemanes resuelven los partidos en oleadas", asevera Guardiola, que hoy cumplirá su 50º partido como técnico con un registro sólo superado por Helenio Herrera: 40 triunfos, cinco empates y cinco derrotas frente a 37, siete y cinco. Ocurre que el Bayern pone cara de cordero degollado. "Hay que ser realistas", argumenta Jürgen Klinsmann; "es imposible remontar un 4-0 al mejor equipo". "Todos estamos con la mierda hasta el cuello", sintetiza Podolski.

Recuperados Lahm y Lucio van Buyten, el Bayern será hoy un equipo más amenazante que en la ida, dispuesto cuando menos "a salvar el honor con un resultado digno", como canta Klinsi. Está en capilla y a la afición no le pasó inadvertido que el sábado Ribéry mostrara escrito en la mano el número 5 tras batir al Eintracht en la Bundesliga. "Iba dedicado a mi amigo Van Buyten, que lleva el 5", aclaró.

Al despliegue alemán responderá el Barça con una alineación novedosa: se supone que Keita jugará de interior e Iniesta ejercerá de delantero en sustitución de Henry, resfriado.

Guardiola asegura que sólo piensa en el Bayern y para nada en el Getafe, por mucho que, de repente, se hayan invertido los papeles y el partido de la Liga pueda cobrar más importancia que el de Europa. "El Getafe, ahora mismo, me preocupa cero", responde; "no es que hayamos llegado muchas veces a las semifinales de la Champions". Nadie remontó un 4-0 en Europa. Tampoco el Bayern supera los cuartos desde 2001. Y jamás el Barça eliminó al campeón alemán de la Copa de Europa. Demasiadas cuestiones encontradas y enigmáticas para pensar en la Liga.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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