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ÁREA DE META | Vuelta de los cuartos de la Liga de Campeones
Columna
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Imperfecto

Decía el titular que Juande había dicho que el Barça no era perfecto y que esto se convertía en la "mayor" afrenta a una semana que se había llenado de elogios a los azulgrana tras su partido contra el Bayern. Me quedé a ver (y oír) las declaraciones del técnico de Madrid, ya que siempre me ha dado la sensación de ser una persona sensata y poco dada a las polémicas. Y se confirmó la noticia. Juande decía: "El Barça no es perfecto".

Tras asimilar las impactantes declaraciones, empecé a repasar algunas de las que el entrenador del Barça, un tal Guardiola, ha hecho de su equipo y me venían a la memoria varias como que su equipo se está construyendo, que todavía les queda mucho por hacer y conseguir, que les resta todavía mucho margen de mejora. No sé... Tal vez haya incluido en las anteriores algunas que el técnico hizo en catalán y ya se sabe que la traducción nunca es exacta ni perfecta. También me resuena una frase que decía algo así: "Es que estos tipos son muy buenos", refiriéndose a su plantilla, a sus jugadores. Nunca dijo perfecto, perfectos. Dijo "muy buenos".

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Me contaba María Fernández Ostolaza, seleccionadora de gimnasia rítmica, campeona olímpica en Atlanta y de la que tanto aprendí, que las rusas, aquella máquina perfecta para la rítmica, nunca tenían un equipo perfecto y es más, cuando conseguían el equilibrio perfecto entre técnica y fuerza, entre habilidad y capacidad (perdona, María, si no se me quedaron los conceptos exactos), deshacían el equipo para reunir uno nuevo, ya que ese equipo perfecto siempre les había dado problemas porque la perfección genera sensación de imbatibilidad, de infalibilidad, de medalla ya conquistada.

Pero, cuando habla de un equipo que no es perfecto, Juande no se refiere al titular que niega al equipo azulgrana su condición de "equipo más admirado de Europa en este tramo de mes", sino que habla desde los ojos y la voz del entrenador que siempre encuentra cosas que mejorar tras la mayor exhibición de su once. Ni más ni menos que su colega en el banquillo culé cuando se refiere al eterno rival con palabras de admiración ante su efectividad, cuestión principal que hace que esta Liga siga teniendo tema del que hablar más allá de los desesperados que han sacado la calculadora que adivina los puntos necesarios para quedarse en Primera.

Seguro que, si le hubieran preguntado si su equipo es perfecto, la respuesta de Juande habría sido la misma que a la pregunta de si su rival está dentro de la magnificencia perfecta.

Por ponérselo en otro sitio, este fin de semana he disfrutado de las últimas nieves de esta temporada de esquí. Donde para muchos había nieve fantástica, recién caída y poca gente en las pistas, para mí solo había niebla, frío y falta de referencias. Para unos, condiciones perfectas. Para mí, la perfección se escribe con otras letras.

Dejemos a los entrenadores con su lenguaje y sus mensajes para quedarnos con el maravilloso juego blaugrana y la extraordinaria persistencia madridista. Y dejemos la perfección para otras cuestiones, para otras disquisiciones, para otras vidas, para otras nieves.

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