_
_
_
_
_

Aguirre pedirá a Blanco que dé luz verde a los proyectos estancados

La presidenta quiere salir de la reunión con un plan claro para ampliar Cercanías

Elena G. Sevillano

Llamar desencuentros a las peloteras que han tenido Esperanza Aguirre y Magdalena Álvarez en los últimos años es quedarse corto. La ex ministra de Fomento le fastidió a Aguirre a propósito -ella misma lo admitió- la inauguración del metro a la T-4 de Barajas. Dijo entonces que la presidenta no merecía hacerse la foto porque todo lo había pagado Fomento. Si acaso, podía estar "tumbada en la vía o colgada de la catenaria", lo único propiedad de la Comunidad de Madrid. Año y medio después Aguirre todavía se acordaba de aquella afrenta. Y la semana pasada, un día antes de la toma de posesión de José Blanco como nuevo ministro de Fomento, aún atribuía a Álvarez el haber sido "un castigo constante para los madrileños".

Madrid desea concretar cómo será la gestión de Barajas
Según los populares, el Metrobús está parado por culpa del ministerio
La Comunidad pagará el metro a Majadahonda y Torrejón
El Ejecutivo solicitará a Fomento el visto bueno al cierre de la M-50
Más información
La Comunidad troceó contratos para adjudicarlos sin concurso
Blanco y Aguirre dan un impulso al metro y al tren en Madrid
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Quizá por eso, porque la relación con la anterior ministra estuvo tan viciada, Aguirre encara con optimismo la era Blanco. Para empezar, la líder regional fue la única presidenta autonómica del Partido Popular que acudió a la toma de posesión del nuevo titular. "Quiero manifestar los mejores deseos al ministro de Fomento", afirmó. Y el ministro recogió el guante. Aguirre es la primera presidenta autonómica que se reúne con Blanco. Lo hará hoy, a media mañana, y en su cartera tiene previsto llevar varios de los proyectos que en estos últimos cinco años la han enfrentado con la ex ministra: la cesión de la gestión de los trenes de Cercanías, el cierre norte de la M-50 y la petición de más inversiones para mejorar las infraestructuras, entre otros. Aguirre hace años que repite que a Madrid llegan "cero euros en obra pública nueva".

José Blanco llega con disposición al "buen entendimiento", según afirmaba el domingo en una entrevista a este periódico. "En Madrid hay que tomar decisiones con el plan de Cercanías, y lo vamos a hacer". Incluso está dispuesto, añadió, a "hablar de la transferencia si así se plantea".

- Metro a Majadahonda y Torrejón. Los dos proyectos están a punto, aseguran fuentes de la Consejería de Transportes, y sólo falta el visto bueno del Ministerio para ponerlos en marcha. Aguirre necesita el permiso de Fomento para usar las vías de Renfe y hacer llegar el metro desde Moncloa a Majadahonda y desde Chamartín hasta Torrejón. Madrid pagaría la construcción de los túneles y la compra de los trenes y cedería la gestión a Renfe para "facilitar la coordinación de los servicios e incrementar la seguridad".

- Plan de Cercanías. Madrid reclama la cesión de la gestión de los trenes, como el Gobierno ha prometido a Cataluña. También pide más inversión. Fomento presentó un plan el pasado noviembre que recogía 115 kilómetros nuevos de vías, 24 estaciones y una dotación de 5.000 millones. No especificaba mucho más. Aguirre presentará hoy a Blanco lo que considera más urgente: alargar la línea C-1 a El Molar, la C-5 a Griñón y la C-7 a Soto del Real, entre otras.

- Cierre norte de la M-50. Otro de los desencuentros de largo recorrido entre Madrid y Fomento. Cuando Aguirre quiso perforar el monte del Pardo con un túnel de 10 kilómetros para cerrar por el norte la M-50, la cuarta vía de circunvalación de Madrid, el ministerio -que tiene la competencia de la vía- le dijo que no. ¿Qué hizo ella? Rebautizar el proyecto con nomenclatura regional -ahora se llama M-61- y tirar para adelante. La futura carretera unirá la A-1 (autovía de Burgos) con la A-6 (autovía de A Coruña) y el túnel será de peaje. Aguirre, que aún no ha empezado la obra (2.600 millones de euros), pedirá hoy a Blanco un "consenso" para unir los dos extremos de la M-50 con la flamante M-61.

- Puesta en marcha del Metrobús.

Se presentó en agosto de 2007 como el primer gran proyecto de la legislatura en materia de transportes. Un autobús que circularía por una carretera reservada sólo para él y que beneficiaría a más de 220.000 madrileños. De las cuatro líneas previstas para este novedoso medio de transporte, tres necesitan pinchar, conectar en algún tramo con carreteras nacionales. De ahí que Aguirre tenga intención de pedir hoy a Blanco que acelere la construcción de sus carriles Bus-Vao (calzadas reservadas para transporte público y turismos con al menos dos viajeros). No tendría sentido, dicen en la Consejería de Transportes, que el raudo Metrobús llegara a la carretera nacional y tuviera que ponerse a la cola con el resto de vehículos. La futura línea entre Torrejón y Barajas discurre por la A-2, mientras que las líneas Arroyomolinos-Xanadú y Villaviciosa-Alcorcón aprovechan tramos de la A-5.

- Gestión del aeropuerto de Barajas y dos nuevos aeródromos. El Gobierno central ha confirmado en varias ocasiones que la Comunidad de Madrid podrá participar en la gestión del aeropuerto de Barajas. Todavía no está claro cómo, y eso es lo que Aguirre espera que le explique hoy el ministro. Álvarez anunció el verano pasado que privatizaría un 30% de AENA, el organismo gestor de los aeropuertos, excluyendo la navegación aérea. Aguirre también planteará a Blanco su intención de construir dos nuevos aeropuertos, para los que tiene reservados terrenos hace años. El de Campo Real descargaría a Barajas de vuelos de bajo coste y de mercancías. El de El Álamo-Navalcarnero, privado, estaría destinado a aviación de negocios y escuela de pilotos y sustituiría a los aeropuertos de Cuatro Vientos y Torrejón de Ardoz.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_