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El conflicto de los jóvenes extranjeros

Historia de un menor 'irrecuperable' en Deba

"El director me dijo que lo mejor era que me fuera"

Anuar (nombre ficticio) escapó de la pobreza para darse de bruces contra una burocracia que aún sigue sin entender. Lleva más de un año saltando de centro en centro, cambiando de educadores, de entorno y de vida, sin encontrar un lugar donde poder asentarse. Estuvo en otros centros antes de recalar en Guipúzcoa: Málaga, Madrid..., hasta aterrizar en el de Deba. Es uno de los considerados irrecuperables por el ente foral, de los que han agotado "todas las posibilidades" educativas. Semanas atrás, se escapó a Palencia, donde ha vuelto a empezar de cero. "Esta vez las cosas van a ir bien", asegura.

"Nadie nos explicó nada antes de llevarnos a Deba. Decían que nos iban a llevar a un centro nuevo en Martutene, con más espacio, y un día nos llevan al caserío ese. Allí el director [del centro] me dijo que no había nada para mí aquí, que no me iban a tramitar los papeles, que no me iban a dejar ir al taller, que lo mejor era que me pagaran un billete para irme adonde quisiera. Le dije que sí, me hizo firmar un papel [en el que decía que él se había ido de forma voluntaria] y me dio 80 euros. Por si acaso, firmé con un nombre falso".

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Anuar sólo tenía una causa judicial pendiente por una pelea con unos vigilantes de seguridad de Euskotren, antes de que estallara el conflicto en el nuevo centro al que le envió la Diputación. A esa se sumará otra por haber robado supuestamente y destrozado unas caravanas en Urnieta junto a otros seis chavales, entre los cuales había uno de 11 años y otro de 13. "Ese [por el de 11] acaba de llegar a Guipúzcoa. No tenía ninguna causa ni nada, no fumaba ni tabaco. Ahora, de tanto juntarse con la peña, ya le da hasta al disolvente".

Explica que lo de la caravana lo hizo porque tenía frío. "De hecho, cuando llegó la Ertzaintza a mí me pillaron dormido". No obstante, entre él y los demás que se fugaron tras denunciar malos tratos y abandono ante la justicia persiste una cierta ética de la picaresca que hace que no entienda del todo que el propietario de aquel vehículo no tenía por qué pagar las consecuencias de su situación.

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Sólo robaba para comer "en el Eroski", afirma, aunque sabía muy bien que el dinero que le prestaban algunos de sus compañeros venía de donde venía.

Un paseo de noche con Anuar por la Parte Vieja de San Sebastián equivale a jugar al escondite con la Policía. Cada vez que se encontraba con alguien uniformado maldecía por dentro. "Nos tratan muy mal. Nos pegan constantemente". Aunque le tiene más manía a los ertzainas, no hay nada que le aterre más que un uniforme de la Policía Nacional. "Cuando ves a uno de ellos en el centro, sabes que se van a devolver a alguien Marruecos".

Mientras que Anuar se adapta a su nuevo destino, las cosas en el centro de Deba parecen estar a punto de cambiar, según explican fuentes que prestan el servicio a la Diputación. Después de que SOS Racismo y varios educadores guipuzcoanos denunciaran que el de Deba era un centro "disuasivo", en el que se empujaba a los menores a irse a otras comunidades autónomas, y que los alcaldes de los municipios que acogen centros trasladaran su malestar al ente foral ante la alarma social, Diputación está incrementando el personal y creando una zona de aislamiento donde se llevarían a cabo las medidas de contención que la ley contempla y permite.

La Diputada de Política Social, Maite Etxaniz, explicará el miércoles todos estos cambios en el foro interinstitucional sobre menores, en el que su departamento deberá de exponer el nuevo sistema de acogida a los alcaldes y a la Fiscalía de Menores, encargada de vigilar que el trato a los menores es el adecuado en los centros forales.

Los 'papeles'

A menudo, el ente foral es juez y parte en la calidad de la acogida ofrecida a los menores. El abogado Iñaki Almandoz explica cómo se involucró en el caso de un joven al que no se le estaba tramitando su permiso de residencia. "Nunca entendí realmente lo que estaba pasando. La ley es clarísima: a los nueve meses tienen que documentarlos. La Diputación tiene que instar a la Subdelegación del Gobierno a que realice los trámites". Poco después, el Colegio de Abogados de Guipúzcoa estableció un protocolo para darles asistencia jurídica administrativa. "Lo hicimos desde mediados de 2007 hasta finales de 2008, porque hay veces en las que hay un conflicto de intereses entre los menores y el tutor. Pedimos financiación a la Diputación, pero no accedieron y tuvimos que dejar de hacerlo", explicar. En Vizcaya, una empresa contratada por el ente foral se dedica exclusivamente a realizar los complejos trámites para conseguirles los ansiados papeles.

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