"No hemos sabido jugar", dice Navarro
Pascual lamenta los despistes que decidieron el choque
De nada le sirvió al Regal Barcelona mandar hasta siete minutos del final. La portentosa actuación de Siskauskas le dejó otra vez más a las puertas de la gloria. "Habíamos dicho que el partido se iba a decidir por pequeños detalles y fueron pequeños detalles los que decidieron el partido. Hablo de rebotes defensivos, de algunas faltas que no habíamos debido cometer, de la ventaja que tuvieron con los tiros libres...", analizó consternado Xavi Pascual, el entrenador blaugrana.
La desazón se extendió entre sus jugadores, incluido David Andersen, al que el conjunto ruso, pese a sus 24 puntos, no pareció añorar. "No sirve de nada meter muchos puntos si tu equipo no gana. Hubiera preferido anotar sólo dos y que el Barcelona estuviera en la final", dijo el pívot danés. Interrogado acerca de los motivos que llevaron al Barça a desperdiciar la ventaja de diez puntos que acumuló en el primer cuarto, Jaka Lakovic fue claro: "Irle ganando por diez puntos a un equipo como el CSKA está muy bien, pero tienes que saber que es un gran equipo que puede reaccionar como reaccionó".
El duelo fue un calco de la semifinal que el Barcelona perdió en la Final a Cuatro de Praga 2006. En aquella ocasión dominó al CSKA con rentas por encima de los diez puntos en los 27 primeros minutos. "No hemos sabido jugar en los momentos decisivos. Hemos tenido varias pérdidas importantes de balón", intervino Juan Carlos Navarro. "Ahora, sólo nos queda olvidarnos de este partido y levantar la cabeza lo antes posible para ganar la ACB", añadió el escolta azulgrana. Peor se lo tomó Roger Grimau: "Nos merecíamos estar en la final, pero sólo nos queda aprender de nuestros errores en la Copa y frente al CSKA. ¡Tenemos que ganar la Liga como sea!".
"La verdad es que Siskauskas ha estado impresionante. Nos ha dado la gran satisfacción de poder disputar nuestra cuarta final en cuatro años", observó el técnico del CSKA, Ettore Messina, que en 2006 y 2008 superó en la finalísima al Maccabi. Sólo el Panathinaikos, en 2007, le paró los pies.
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