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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Locomotoras gripadas

La crisis de nuestros principales clientes dificulta la recuperación por la vía del sector exterior

La recuperación de la economía española tendrá que esperar a que salgan de la recesión las principales del mundo, las tradicionalmente consideradas locomotoras del crecimiento, como Alemania, Japón y EE UU. Es lo que se deduce de la revisión de las previsiones que se han hecho públicas estos días, dada la ausencia de factores propulsores autónomos de la economía española. Desplomado el sector de la construcción residencial y dominado el conjunto de la actividad empresarial por la persistencia de severas restricciones crediticias, la economía española camina hacia una contracción del PIB superior al 3%, con niveles de desempleo sin precedentes. No será fácil que para el conjunto de 2010 se entre en una zona de crecimiento.

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Con la demanda interna por los suelos, la única vía de contribución al despegue descansa en la demanda exterior: en las compras de bienes y servicios de nuestros principales socios. Pero el conjunto de la eurozona no va a crecer más que España en este año. El Gobierno de Alemania acaba de admitir que la contracción en el PIB de este año estará en el entorno del 6% (frente a una previsión del 2,25% en enero), convirtiéndolo en uno de los peores registros de las grandes economías y de la propia historia económica germana. Una parte sustancial de ese retroceso se debe al brusco descenso de las exportaciones tras una década en la que la economía germana había resistido la competencia de las potencias emergentes de Asia.

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Las previsiones que auguraban una mayor resistencia a la crisis de las economías menos dependientes de la combinación entre exceso de actividad inmobiliaria y endeudamiento hipotecario no se han verificado. Alemania es uno de los países menos afectados por esos problemas, lo que no le ha librado de convertirse en una de las economías en más acelerado retroceso. La globalización tomada en serio tiene estos efectos: la recesión global daña el potencial exportador incluso de las economías más equilibradas. Ocurre también en Japón.

La única de las tres grandes que puede anticipar su recuperación es la economía estadounidense. De la estimación del crecimiento de su PIB en el primer trimestre emergen algunas señales favorables, fundamentalmente las vinculadas al comportamiento del consumo, apoyadas en la mejora de los indicadores de confianza. El liderazgo de EE UU en el abandono de la recesión será la consecuencia de la inequívoca orientación de sus políticas de demanda (la monetaria y la presupuestaria) a la neutralización de sus efectos sobre el desempleo, al tiempo que tratan de fortalecer las deficiencias en la base de capital público que esa economía venía arrastrando. Ello no impedirá la definición de un plan orientado a la reconducción de los desequilibrios resultantes como efectos secundarios de esas terapias expansivas, una vez que la recesión quede neutralizada. Una lección a asimilar a este lado del Atlántico.

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