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Histórico cambio de Gobierno en Euskadi

Historia de tres ex presidentes

Un solo partido, el PNV, ha dirigido Euskadi en tres décadas de autonomía

Tres décadas de democracia en el País Vasco, tres lehendakaris. Todos del mismo partido, el PNV. Sólo uno apoyado expresamente por los representantes políticos de ETA: Juan José Ibarretxe. Y alguna escena impensable en otros Parlamentos del mundo, como la de un etarra -Juan Carlos Yoldi, en 1987- defendiendo su candidatura en la tribuna antes de ser devuelto a la cárcel. Lo que sigue es un resumen de lo que se dijo y se hizo en las nueve investiduras anteriores a la que ayer aupó al socialista Patxi López -el cuarto lehendakari, el primero no nacionalista- a la presidencia de la comunidad autónoma vasca.

CARLOS GARAIKOETXEA Crisis a mitad de mandato

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El primer presidente vasco de la era constitucional también asumió el cargo en medio de una fuerte crisis económica, así que a eso dedicó Carlos Garaikoetxea (PNV) gran parte de su discurso de investidura el 9 de abril de 1980. Después emplazó al Ejecutivo central a colaborar para el desarrollo exhaustivo del Estatuto de Autonomía. Y, mientras, a las puertas de la Cámara, familiares de presos de ETA pedían "amnistía", Garaikoetxea apostó por la "reconciliación", para la que se precisaba, dijo, "un esfuerzo titánico" y "espíritu receptivo", también por parte de "aquellos que practican la lucha armada".

El candidato del PNV fue elegido sólo con los votos de su partido, lo mismo que tras los siguientes comicios, en 1984. Apenas un año después, la crisis en el seno del nacionalismo vasco llevó al lehendakari a poner su cargo a disposición del PNV, que lo sustituyó por José Antonio Ardanza. En 1986, la crisis se convirtió en escisión, Garaikoetxea fundó EA y Ardanza convocó elecciones. Él ocuparía la presidencia los 12 años siguientes, e inauguraría el pacto del PNV con los socialistas vascos.

JOSÉ ANTONIO ARDANZA Un etarra como adversario

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Ardanza debería haber sido el protagonista de la sesión del Parlamento vasco del 26 de febrero de 1987, la de su investidura. Pero la atención la copó otro parlamentario: Juan Carlos Yoldi, diputado de HB, miembro de ETA -entonces estaba en prisión preventiva, cuatro meses después sería condenado a 25 años- y único aspirante alternativo al del PNV. Yoldi defendió su candidatura durante 70 minutos, y aunque su discurso fue muy criticado -el socialista Txiki Benegas abandonó el pleno para no escucharlo-, Ardanza se felicitó del hecho de que HB, por primera vez, asistiera a la sesión de investidura.

El candidato del PNV, elegido por primera vez con mayoría absoluta -los socialistas habían ganado las elecciones en número de escaños, pero la presidencia fue para Ardanza-, presentó así el pacto de gobierno con el PSE: "Los nacionalistas trabajaremos con una nueva perspectiva, y los socialistas se acercarán mucho más a los problemas de un país que es tan suyo como nuestro". El acuerdo incluía el reforzamiento de la Ertzaintza -Ardanza negó a los terroristas legitimidad para negociar cuestiones políticas- y una apuesta de acercamiento a Navarra, con la posibilidad de establecer órganos comunes.

Ardanza fue reelegido en 1991 y de nuevo en 1994, esta vez con el mayor apoyo (42 votos) recibido nunca por un lehendakari. De fondo, el pacto antiterrorista de Ajuria Enea de 1988. "Tenéis al GAL metido dentro", le espetó en la sesión de investidura de 1994 la etarra Begoña Arrondo, sentada a dos metros del consejero de Interior, Juan María Atutxa. Arrondo había abandonado temporalmente la cárcel para ejercer de portavoz de HB.

JUAN JOSÉ IBARRETXE El giro 'abertzale'

Juan José Ibarretxe fue el primer presidente vasco aupado al cargo gracias a los votos del entorno de ETA. Fue el 29 de diciembre de 1998, recién firmado el Pacto de Lizarra entre las fuerzas nacionalistas. El portavoz de EH, Arnaldo Otegi, dejó claro que prestaba sus votos a cambio de que el Gobierno vasco cumpliera ese pacto, e Ibarretxe se lo garantizó haciendo una defensa a ultranza del "ámbito vasco de decisión". "ETA da la oportunidad de impulsar a este pueblo a un proceso soberanista", dijo un Otegi sin complejos. El socialista Nicolás Redondo respondió: "Hoy sabemos mejor la agenda del nacionalismo leyendo los comunicados de ETA". El PSOE no apoyó al candidato alternativo: Carlos Iturgaiz, del PP.

En 2001 Ibarretxe moderó su discurso, señalando, por ejemplo, al Parlamento como único foro legítimo para buscar la paz -"no necesitamos inventarnos ningún foro nuevo", dijo-; pero en 2005 se inventó la "mesa de partidos sin exclusiones" e insistió con su plan soberanista que el Congreso de los Diputados acababa de tumbar. La llave la tenía el PCTV, partido bendecido por la ilegalizada Batasuna, y con ella abrió Ibarretxe la puerta de su tercer mandato. El PP de María San Gil votó "por principios" -aunque "con escasa ilusión"- al socialista Patxi López.

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