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"Gané dinero y dejé de estudiar"

Hortensia dejó el instituto a los 16 años, fue madre, tuvo problemas personales e intentó hasta en cuatro ocasiones volver a estudiar, pero no lo consiguió. Ahora tiene 29 años y asegura: "Me va mejor, estoy más centrada". Su amiga Miriam, de 21 años, también dejó el instituto a los 17, trabajó en un motón de sitios, el último en un asador de pollos. "Pero me echaron en septiembre, así que decidí matricularme". María, que tiene ahora 31 años, trabajó en "casi todo" (camarera, limpieza, almacenes, dependienta...) "Hasta que me echaron, pero aquí estoy contenta porque voy pillando los temas", admite esta alumna que quiere sacarse el graduado en ESO.

Miguel es más joven. A los 16 años, reconoce: "Fui tonto, empecé a ganar mucho dinero jugando al fútbol y dejé de estudiar". Ahora tiene 18 años, sigue jugando en el Elche CF, pero reconoce: "En año y medio me ha cambiado la cabeza, antes era un golfo y una bala perdida, pero te das cuenta de que tienes que estudiar algún día". Minerva dejó las clases a los 14 años y empezó a trabajar: vendía muebles, tapizados, de dependienta, asistenta de hogar... "Tras 16 años trabajando perdí el empleo, y no quería continuar en la cola del paro para que me explotaran", admite. "El problema es que está todo tan mal, que ahora ya ni tan siquiera te explotan", contesta Mari Ángeles, que repitió tres veces 6º de EGB y a los 14 años se lo dejó todo para "trabajar y ser mamá". Ahora tiene 32 años, y como muchos "el año pasado todos al paro, y aquí estoy estudiando". Los alumnos coinciden en que los apuntes y las clases en los CFPA son más asequibles, grupos más reducidos, y con profesores atentos a sus necesidades.

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