Un Athletic sin dudas
El equipo rojiblanco se siente superior anímicamente y Caparrós anticipa un duelo "duro"
La final le llega al Athletic en su mejor momento: la mayor movilización de la historia (hasta 35.000 aficionados estarán en Valencia con entrada o sin ella), la permanencia en Primera garantizada, la Copa de la UEFA asegurada (el campeón de la Copa entra directamente en la competición europea y el Barça ya tiene asegurada su plaza en la Champions), la Supercopa casi blindada, el equipo sin dudas y el estilo definido. Poco que hacer que no sea responder a las expectativas generadas después de un cuarto de siglo de sequía y las condiciones previas perfectamente claras.
El Athletic se sabe inferior al Barça, pero se siente superior anímicamente. En eso ha insistido el entrenador, Joaquín Caparrós, el presidente, García Macua, y todos los futbolistas. Caparrós no oculta que el Athletic planteará a su rival un partido "físico" y "duro", un nivel de exigencia que agote el reglamento, sin sobrepasarlo, pero que le haga difícil, incómodo, el duelo al equipo de Pep Guardiola. Una especie de acoso y derribo como el que le salió bien en las semifinales frente al Sevilla (se achantó, sorprendido) y que le salió mal frente al Madrid (en la Liga, que lo aceptó).
Ahí no sólo radica el espíritu rojiblanco. Es el que destila su entrenador durante toda la temporada y el que ha aceptado su afición como casi única garantía de éxito. Sin dudas en la pizarra, jugarán los habituales, con la única incógnita entre Susaeta y David López. El elegido podría jugar por la izquierda para frenar a Alves y Yeste se iría la derecha para bregar, más cómodo con Sylvinho Con el resto, Caparrós tiene poco trabajo: presión y movimiento rápido del balón en busca de Fernando Llorente. Y muchas jugadas a balón parado, un salvoconducto para muchos partidos del Athletic. Y el público, detrás. Un público que no va a permitir al equipo dar un paso atrás, una especie de cohete con la mecha interminable, para que Yeste corra más y Koikili no se enrede más de lo debido con Messi (la gran preocupación, tras la baja de Iniesta) o con Eto'o. La gestión física del límite puede marcar la final. La inferioridad numérica sería la peor noticia para el Athletic.