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Reportaje:

"Temo que la F-1 desaparezca"

El Tribunal de París mantiene la reducción de presupuestos impuesta por la FIA y Alonso y Ferrari alertan sobre el futuro del deporte

Oriol Puigdemont

Espadas en alto en la fórmula 1, un campeonato que lleva meses sumido en una de las crisis más tormentosas de sus 60 años de historia. El Tribunal de París falló ayer a favor de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y en contra de los intereses de Ferrari, al desestimar la demanda interpuesta por la escudería italiana contra la Federación sobre la próxima reducción de presupuestos. Amparándose en los acuerdos que recoge el Pacto de la Concordia, Ferrari acudió a la justicia para tratar de frenar los cambios que la federación pretende introducir la próxima temporada y que principalmente giran en torno al recorte de costes.

El plan consiste en ofrecer a los equipos que lo deseen la opción de acogerse a un límite presupuestario de 45 millones de euros, con libertad para desarrollar tecnológicamente los coches a lo largo de la temporada, y limitar esta evolución en las escuderías que no se adscriban a esta medida y por tanto puedan gastar lo que quieran. Los presupuestos de este año oscilan desde los 90 millones de euros de Brawn hasta los 170 de Renault, los 230 de Ferrari y los 250 de Toyota.

"Si se van los mejores equipos, puede que no quiera correr en esta categoría", dice Alonso
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Según el comunicado emitido ayer desde Montecarlo, donde este fin de semana hay Gran Premio, Ferrari encaja la decisión del Tribunal de París, mantiene que evalúa la posibilidad de seguir con más acciones legales y que se retirará de la F-1 al finalizar esta temporada a menos que los equipos y la Federación lleguen a un acuerdo. "Si no fuese posible, Ferrari no procederá a la inscripción de sus monoplazas en una competición que vería, con el escenario actualmente en vigor, cómo se menosprecian las características que han hecho de la fórmula 1 la máxima expresión del deporte automovilístico y la razón que ha llevado a Ferrari a su participación ininterrumpida en el campeonato desde 1950", dijo la escudería. Tras conocer el fallo a su favor, Max Mosley, presidente de la FIA, aprovechó para aleccionar al equipo italiano. "Ninguna escudería debería anteponer sus intereses personales a los del campeonato", dijo.

Antes de que la Corte francesa tumbara el recurso, el día ya había amanecido movido. Desde Maranello, un primer comunicado ironizaba acerca del pedigrí de los equipos presumiblemente interesados en alistarse el próximo curso -dos de ellos son españoles: Epsilon Euskadi y Campos-. "Cuando la gente de Ferrari ha leído en los periódicos la lista de los equipos que han manifestado su intención de correr en la F-1 el año que viene, les ha costado creer lo que estaban viendo sus ojos", arranca el manifiesto. "En esa lista, que vio la luz en París, se hace difícil encontrar un nombre por el que alguien vaya a pagar 400 euros por una entrada. Wirth Research, Lola, USF1, Epsilon Euskadi, RML, Formtech, Campos, iSport: estos son los equipos del Mundial de dos velocidades que quiere Mosley", prosigue la nota, "pero, un campeonato del mundo con estos actores, con todo el respeto hacia ellos, ¿puede tener el mismo valor que la F-1 de hoy, en la que se enmarca Ferrari, los grandes constructores y los equipos que han construido la historia de este deporte? ¿No sería más adecuado denominarlo Fórmula GP3?".

A media tarde, ya en el paddock de Montecarlo, la mayoría de los pilotos se alinearon con sus equipos. Uno de los más beligerantes fue Fernando Alonso (Renault), que defendió la postura de Ferrari casi más que Kimi Raikkonen y Felipe Massa, los dos pilotos de Il Cavallino Rampante. "Tengo miedo de que desaparezca la fórmula 1. A lo mejor éste es el último año que corremos en Montecarlo", se aventuró el asturiano; "porque si se van los siete u ocho mejores equipos, esto deja de ser interesante, se convierte en una GP2 pero un poco más rápida. Y puede que yo no quiera correr en esa categoría", argumentó el español. "La política interviene demasiado, y eso hace un daño incalculable a este deporte. Es una lucha estúpida. Si se van tantos equipos, ¿qué patrocinador querrá invertir aquí? ¿O qué televisión pagará los derechos de ese campeonato?", zanjó Alonso.

Massa se manifestó en esa misma línea: "Debería primar el deporte ante la política. Hay que pensar en el público, que quiere ver espectáculo. Sin Ferrari, la F-1 no será lo mismo", convino el brasileño. Raikkonen se lo tomó con más filosofía: "No creo que Ferrari desaparezca de la F-1, pero tampoco estoy al 100% seguro. De todas formas, están en muchos frentes. Algo encontrarían para mí".

Fernando Alonso, ayer en  Montecarlo.
Fernando Alonso, ayer en Montecarlo.AP

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