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ELECCIONES EUROPEAS | Reino Unido

Los sondeos dan la victoria a los 'tories' británicos

Una fuerte caída del voto laborista anticipará la convocatoria de elecciones

Los electores británicos quizás sellaron ayer el futuro de Gordon Brown al votar en las elecciones europeas y renovar una cuarentena de autoridades comarcales en la Inglaterra rural. Hoy se conocerá el resultado de las elecciones locales -sólo en tres de ellas se procedió al escrutinio a lo largo de la noche- y el domingo, o quizás el lunes por la mañana, el de las europeas.

Un sondeo de YouGov publicado ayer por The Daily Telegraph no era demasiado alentador para los laboristas, a los que atribuía el 16% de los votos y cuestionaba su deshonrosa tercera plaza por el repunte de los liberales demócratas (15%). El sondeo daba la victoria a los conservadores (26%), por delante de los nacionalistas del UKIP (19%). De confirmarse, esos resultados serían una catástrofe para el laborismo, pero constituirían también un fenomenal voto de castigo a los tres grandes partidos de Westminster.

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Los expertos creen que el futuro de Brown depende de estas elecciones, pero también de la autoridad que sea capaz de proyectar en la esperada remodelación de su Gobierno. En el análisis electoral contarán factores como el porcentaje de voto obtenido por los laboristas, su comparación con el que obtengan los tories, el puesto que ocupen -no es lo mismo ser segundo que cuarto- o incluso el hecho de que el fascista BNP (Partido Nacional Británico) obtenga o no un escaño en la Eurocámara.

El futuro de Alistair Darling, canciller del Exchequer y durante años uno de los más dóciles aliados de Brown, puede dominar el análisis de la crisis de Gobierno. Si Darling sigue al frente del Tesoro o si abandona el Gabinete se interpretará como una señal de debilidad de Brown. Si el primer ministro le convence para que acepte otra cartera, quizás la de Interior, se leerá como un signo de fortaleza del jefe del Gobierno.

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El motín de los diputados rebeldes que quieren forzar la dimisión de Brown no parece que vaya a tomar cuerpo hasta el lunes, cuando se conozca la dimensión de los resultados electorales. En contra de los rebeldes juega el factor de que no parece realista pensar que el laborismo pueda entronizar a un tercer líder en esta legislatura sin convocar elecciones anticipadas en otoño, si no antes. Y muy pocos diputados están dispuestos a adelantar lo que parece el inevitable retorno de los conservadores al poder.

Ese escenario, el adelanto de las legislativas británicas, sería especialmente catastrófico para la Unión Europea porque permitiría al Partido Conservador dar marcha atrás en la ratificación del Tratado de Lisboa, porque éste, pendiente todavía de un segundo referéndum en Irlanda, aún no habría entrado en vigor.

Ese escenario abriría las puertas a una crisis sin precedentes del proceso de construcción europea porque Reino Unido podría verse presionado no tanto a decidir sobre si acepta o no el Tratado de Lisboa, sino a debatir su pertenencia misma a la UE.

Pero esos no son asuntos que estuvieran ayer en la mente de los votantes británicos. Europa es lo que menos importa en unas elecciones, tradicionalmente convertidas en un ejercicio de castigo al Gobierno del momento. Eso es especialmente cierto en esta ocasión, con los laboristas desgastados por 12 años en el poder y un primer ministro desprestigiado por la recesión y sus vacilaciones en la crisis política que atraviesa el país tras el escándalo de los gastos de los diputados.

El líder conservador británico, David Cameron, y su esposa, Samantha, salen de un colegio electoral.
El líder conservador británico, David Cameron, y su esposa, Samantha, salen de un colegio electoral.AFP

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