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ELECCIONES EUROPEAS | El PP conquista la periferia

Gran fiesta en Génova, silencio en Ferraz

"¡Las generales, las ganamos!". Los simpatizantes del PP que se acercaron ayer por la noche a la sede del partido en Génova estaban encantados. Así, con gritos de ánimo, se despidieron de Esperanza Aguirre, que a las 23.30 abandonaba la fiesta. Decenas de militantes, los que quedaban de la multitud que acudió a jalonar a Mariano Rajoy y a Jaime Mayor Oreja bajo el balcón, aprovechaban los últimos minutos de agitar banderas.

"Me quería mentalizar de que no ganaríamos para no llevarme el berrinche", contaba María Pilar, militante "de toda la vida", en pie desde primera hora de la mañana para participar en una mesa electoral. "¡Llevamos sin comer todo el día!" La emoción le pudo y se lo gritó a Pablo Casado, líder de Nuevas Generaciones, cuando éste salía del edificio. Él le estrechó el brazo sonriente.

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"La gente se ha dado cuenta de lo que hace falta para salir de la crisis", lanzaba Paul Rubio con la espalda envuelta con una bandera de España. De fondo, pitidos y el himno del partido saliendo por la ventanilla bajada de un coche. La sensación era unánime. Todos veían el resultado como un presagio del futuro. Y, tras la euforia, Génova quedó salpicada de confeti azul.

La algarabía de la calle de Génova contrastaba con el vacío de la de Ferraz, donde se levanta la sede de la ejecutiva del PSOE. Ni había fiesta prevista, ni los militantes acudieron a esperar los resultados electorales, informa Anabel Díez.

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