Ni el líder ni el tesorero dan ningún tipo de explicaciones
Era el día más temido por el PP, y a la vez uno de los más importantes para un partido que sufre su primera gran investigación por corrupción de la cúpula de gestión financiera desde el caso Naseiro, a finales de los 80. Pero el PP estuvo en silencio todo el día.
Mariano Rajoy, que durante toda la campaña europea ha reprochado a Manuel Chaves que no diera explicaciones públicas sobre el caso de la concesión de una subvención de la Junta de Andalucía a una empresa en la que trabaja su hija, no ofreció ninguna posibilidad para que los periodistas le preguntaran sobre el caso Gürtel, que ayer llegó al Tribunal Supremo.
El líder del PP emitió un discurso sin preguntas, su modelo más habitual. La semana pasada hizo lo mismo, hasta el punto de que desde las elecciones europeas no ha ofrecido ninguna rueda de prensa, sólo contadas entrevistas a medios conservadores.
Rajoy ofrece poquísimas conferencias de prensa, a veces una cada tres meses. Desde hace dos semanas, ni siquiera se puede preguntar a su secretaria general, Dolores de Cospedal, habitualmente encargada de responder a las preguntas incómodas para el líder.
Durante toda la campaña electoral, el jefe de la oposición no ha ofrecido ni una sola rueda de prensa -tampoco lo hizo el presidente del Gobierno-, sólo aceptó un par de preguntas rápidas en un acto en Canarias. En los primeros días de la campaña de las gallegas, Rajoy sí aceptaba preguntas, pero al comprobar que había algunas sobre el caso Gürtel, el PP cerró el grifo.
Más cerrada es aún la situación del tesorero, que pese a ser un senador elegido por los ciudadanos, no ha ofrecido ni una sola rueda de prensa y sólo habla a través de comunicados y querellas, algo difícil de imaginar en otros países del entorno europeo, salvo tal vez Italia. Ayer, ni eso. Silencio total, hasta el punto de que ni siquiera acudió a la reunión de la Junta Directiva.
