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El nuevo pacto de financiación autonómica

Montilla da dos días a Esquerra para que se sume al acuerdo

Cataluña recibirá 2.100 millones más este año y 3.500 el cuarto

El acuerdo sobre financiación autonómica alcanzado por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el consejero catalán de Economía y Finanzas, Antoni Castells, y que el Gobierno catalán negó ayer "rotundamente" en un escueto comunicado, ya tiene incluso las cifras. A falta, aseguran las dos partes, de cerrar algunos flecos pendientes, el nuevo sistema incrementa los ingresos de la Generalitat en 2.100 millones de euros el primer año y en 3.500 millones el cuarto, según fuentes conocedoras del pacto. La cuantía incluye 400 millones de euros de la nueva valoración de las competencias de los Mossos d'Esquadra y prisiones, que se consolidan y se actualizarán cada año.

A Castells y al presidente de la Generalitat, José Montilla, les parece bien. Y también a su socio minoritario, ICV-EUiA, puesto que desde el primer año, los recursos por habitante de la Generalitat, se sitúan por encima de la media, como quería Cataluña y sugiere el Estatuto. La pelota está ahora en el tejado de Esquerra Republicana, que de momento lo considera "insuficiente", pero que ayer se dio 48 horas para pensárselo. Hasta mañana, que celebrará una Ejecutiva nacional.

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Éste es el plazo que ha concedido Montilla al líder de ERC, Joan Puigcercós, para que ponga orden en sus filas y se sume al pacto. Esquerra está divida entre algunos de sus principales dirigentes, encabezados por el propio Puigcercós, reacios a dar el sí, y los principales miembros del partido que están en el Gobierno catalán, como el vicepresidente Josep Lluís Carod Rovira, el consejero Josep Huguet y su secretario de Industria, Antoni Soy, proclives al pacto.

Montilla y Castells intentaron limar asperezas y convencer a sus socios republicanos, en una vespertina reunión en el Palau de la Generalitat con Puigcercós y el secretario general de ERC, Joan Ridao.

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La permanente nacional del partido, que agrupa a la cúpula dirigente, se reunió a las cinco de la tarde y salió casi tres horas después para leer otro escueto comunicado. Lo hizo Ridao, que no aceptó preguntas. El comunicado considera que pese a los "avances significativos" estos "no son suficientes para validar el acuerdo" y recuerda que las negociaciones siguen abiertas.

Los republicanos condicionan su fumata blanca a poder "consolidar el último año de aplicación del modelo 3.800 millones adicionales y situar Cataluña en el 105% de los recursos per cápita". Este guarismo, el 105%, es el pretexto que permitiría a ERC subirse al carro. El acuerdo Salgado-Castells permite que Cataluña se sitúe cinco puntos por encima de la media en el cuarto año, partiendo ya de algo más del 102% en el primero. Los flecos son realmente menores. Porque incluso el dinero que se va a destinar a solidaridad para igualar los servicios básicos (sanidad y educación), se situará entorno al 75% de todo el gasto, dentro de la horquilla del tripartito —inicialmente, el Gobierno propuso el 80%—.

Así que todo está dispuesto para el pacto. Montilla admitió que la negociación está en la "recta final", informa Lluís Visa. Y el consejero de Interior, Joan Saura (ICV), que el acuerdo se podría cerrar "en las próximas horas".

Desde la oposición, las críticas se centraron en el continente, no en el contenido. CiU calificó la actitud de los tres socios del tripartito de "poco seria" e "inmadura", y el PP tachó la negociación de "comedia vergonzante".

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