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ISLANDIA | Laboratorio de ideas

Una votación muy ajustada

Islandia avanza por fin por el buen camino. Su Parlamento -la cosa, por darle su nombre adecuado- ha decidido por sólo 33 votos a favor y 28 en contra iniciar conversaciones para el ingreso de esta isla situada en medio del Atlántico en la Unión Europea. Es un paso en la dirección correcta.

Por sí sola, la pertenencia a la UE no habría salvado a Islandia de un sistema bancario que estaba escandalosamente endeudado -aproximadamente ocho veces el PIB-, incluso según los extravagantes baremos de la reciente expansión. El hundimiento se produjo porque los inversores sabían que el Banco Central no podía salir al rescate.

Pero tener euros en lugar de coronas habría salvado a los bancos islandeses y a sus ciudadanos del dolor de ver cómo se disparaban las cuotas de sus deudas: la corona perdió el 85% de su valor respecto al euro. Y el Banco Central Europeo podría haber tratado al país de manera más similar a como hizo con Hungría, con la que en octubre firmó un acuerdo de transacciones de recompra por valor de 5.000 millones de euros, si Islandia hubiera sido miembro de la UE. Reikiavik, en cambio, se vio obligada a aceptar la camisa de fuerza del FMI.

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Tras esa convulsión, la ajustada votación podría parecer extraña. Pero no todos los islandeses están de acuerdo. En parte porque se enorgullecen de su independencia, pero también por cuestiones prácticas. Con el sector financiero en ruinas, el recurso principal es el pescado. Su ingreso en la UE la obligaría a compartirlo con los burócratas de Bruselas.

Y la adhesión traerá alguna que otra disputa. Ni Alemania ni Francia, los peces gordos de la UE, quieren que se admita a ningún miembro nuevo hasta que se ratifique el Tratado de Lisboa sobre la reforma de sus instituciones. El referendo de adhesión no se celebrará al menos hasta dentro de dos años, o puede que más si los miembros que han perdido dinero en la quiebra islandesa arman jaleo.

Pero a Islandia le puede ayudar su estoicismo ante el desastre nacional. A diferencia de Argentina a principios de la década, no ha dejado de pagar la deuda, que probablemente alcance el 120% del PIB a finales de año. Los demás miembros de la UE pueden ver que Islandia, con un déficit presupuestario del 13%, tasas de inflación y tipos de interés por encima del 12% e impuestos que probablemente se dispararán, se está tomando la dosis de medicina. Eso le ayudará a curarse el resfriado y a allanar su camino de ingreso.

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