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Contenido el fuego de Horta tras quemar 1.140 hectáreas

Un agente forestal que presenció la muerte de los cuatro bomberos reconstruye la tragedia

Mientras el incendio de Horta de Sant Joan (Terra Alta) quedaba contenido dentro de su perímetro ayer por la tarde tras haber quemado 1.140 hectáreas, la mitad de ellas en la zona del parque natural, a las 16.30 horas saltó la alarma de otro incendio forestal, éste en Sarral (Conca de Barberà). Alrededor de las nueve de la noche este fuego, con 50 hectáreas quemadas, entró en fase de control tras desplazarse varios vehículos aéreos desde Horta a Rocafort.

La nitidez atmosférica dominó ayer por fin el horizonte que rodea Horta de Sant Joan, un magnífico paisaje cubierto de hollín, ceniza y humo desde el lunes. La ausencia de viento permitió ayer a los bomberos contener un fuego que presentaba escasas llamas a última hora de la noche.

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La Generalitat, cauta hasta el extremo tras perderle el hilo a un fuego que asumió como controlado el martes, cuando el viento originó la muerte de cuatro bomberos, se limitó a confirmar la evolución favorable. "Somos optimistas", concedió el número dos de Interior, Joan Boada. "Esperamos poder darlo por controlado en las próximas horas". Los agentes forestales ya han empezado la investigación para determinar las causas del incendio.

El alivio era mayúsculo, dadas las pésimas condiciones meteorológicas. La sierra que rodea Horta registró hasta 38 grados de temperatura y un porcentaje de humedad del 10%. A mediodía, el incendio humeaba como una olla a punto de hervir. Una brizna de viento hubiera reavivado el fuego, pero las rachas se mantuvieron alrededor de los 12 kilómetros por hora; muy lejos de los 80 registrados el martes por la tarde.La muerte se les vino encima a cámara lenta.

'El fuego se nos iba a comer y empezamos a protegernos. Y 45 minutos después murieron los compañeros'. Los compañeros de Jaime, nombre supuesto de un agente forestal que pide el anonimato, son los cuatro bomberos que fallecieron el martes entre las llamas en Horta de Sant Joan (Terra Alta). Jaime, que aquella tarde también se protegió del fuego a unos 50 metros de las víctimas, desvela el caos de la situación. '

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El fuego lo quemaba todo, aquello fue un sálvese quien pueda'. Poco después de las 15.30 horas del martes, el viento se levantó junto al pinar de Don Pedro. Ante el cerco con que el fuego empezaba a rodear a los que trabajaban para extinguirlo, la orden fue clara. 'De aquí no se mueve nadie. Vamos a defendernos con lo que tenemos', señaló el bombero a cargo de las dotaciones. La veintena larga de personas concentradas en el pinar -una docena de agentes forestales, cinco bomberos y una decena de miembros del GRAF- comenzaron a levantar barricadas contra las llamas. Los GRAF, brigada de élite en la lucha contra el fuego, llevaban la voz cantante. 'Nos dijeron que les ayudáramos a establecer una zona de defensa. Luego no sirvió de nada. Nos salvamos porque el viento no sopló hacia nosotros'.

Jaime y su grupo empezaron a desbrozar con hachas y motosierras los arbustos y matorrales de la zona. 'El objetivo era limpiar el terreno: si el fuego llegaba, debía encontrar poco combustible'.

A una decena de metros, el grupo de cuatro GRAF que acabó perdiendo la vida procedió a hacer lo mismo. 'Dijeron que luego vendrían a nuestra zona. No les dio tiempo', lamenta Jaime. El fuego llegó de improviso y les golpeó de lleno. 'Empezaron a quemarse, pero apenas les veíamos por el humo. Uno trató de alcanzar un camino libre de masa forestal. Si hubiera llegado se habría salvado', augura Jaime.

'Pero quedó tumbado a 10 metros de esa vía'. El fuego siguió su errático recorrido. 'Nos rozó por la izquierda, luego nos rodeó por arriba y se fue por detrás. Pura suerte. Si nos alcanza, no podría contarlo', comenta apurado Jaime. Ninguno de la veintena de profesionales olvidará la tragedia.

'Primero no fuimos conscientes, nadie había vivido algo parecido. Esperamos no repetirlo'. Ayer fueron enterrados tres de los cuatro fallecidos: David Duaigües, en su pueblo de Almatret (Segrià); Jaume Arpa, en la intimidad en Reus, y Jordi Moré fue sepultado en La Pobla de Segur (Pallars Jussà). Hoy será enterrado en Palau d'Anglesola (Pla d'Urgell) Ramon Espinet. Josep Pallàs y Pau Costa, los bomberos heridos, continúan en estado muy grave. Por otra parte, el Departamento de Agricultura creará unas ayudas personalizadas para los payeses y ganaderos afectados por el incendio de Agramunt del fin de semana, en el que ardieron más de 5.000 hectáreas, principalmente agrícolas, informa Dàmaris Torrado.

El pueblo de Almatret da el último adiós al bombero David Duaigües
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