Otra vuelta de tuerca
Empezaron por el muro de la vergüenza de Mondragón, en el que se exhibían 18 fotografías de presos de ETA. Fueron retiradas tras el asesinato del concejal socialista Isaías Carrasco y vueltas a colocar días después por el entorno etarra. El pasado 12 de marzo, por indicación de fiscal Javier Zaragoza, se ordenó a la Ertzaintza la retirada de las fotografías. Fue el todavía secretario general del PSE, Patxi López, el que había puesto el calificativo de muro de la vergüenza en su visita a la localidad, un año después del asesinato.
Siguieron por las txoznas (casetas festivas) de Galdakao con la retirada de fotos y pancartas, pese a la lluvia de objeto contra los ertzainas que dejaron heridos a dos de ellos. A primeros de julio se retiraban otras 25 pancartas en Bilbao y Bergara.
El objetivo era poner fin a la impunidad, erradicar la simbología etarra, arrebatar la calle a los violentos y ganar espacios de libertad en las calles y plazas del País Vasco.
A finales de julio, la Fiscalía de la Audiencia extendió en un escrito la "inmediata y urgente retirada de carteles y pancartas de apoyo a ETA" a las calles, bares o establecimientos públicos de Navarra.
En un escrito elaborado por el fiscal de la Audiencia encargado de coordinar la lucha contra el terrorismo etarra Vicente González Mota, dio instrucciones para retirar pancartas y carteles de las calles de Navarra e identificar a los autores de su colocación. En el caso de bares y locales que los exhibiesen, debía requerirse a los responsables su retirada. En una veintena de casos no hubo resistencia, pero ante la negativa de los dos últimos, la Fiscalía ha dado una nueva vuelta de tuerca: encausamiento por tres delitos y cierre del local.
