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Elecciones en Alemania

Merkel lleva la campaña a la escena internacional

La canciller pedirá en el G-20 más control de los mercados financieros

La canciller alemana, Angela Merkel, convocó ayer a la prensa para exponer sus planes de abogar por un impuesto sobre las transacciones en los mercados financieros, que propondrá esta semana en la cumbre del G-20 en Pittsburgh. La canciller democristiana (CDU) compareció escoltada por el ministro de Hacienda, el socialdemócrata Peer Steinbrück (SPD). El dúo, rival electoral para las elecciones generales del domingo, sólo admitió dos preguntas formuladas por periodistas alemanes. Ambos evitaron referirse a la campaña electoral alemana, que atraviesa su recta final. Si se cumplen los planes democristianos de formar una coalición con los liberales del FDP, ésta sería la última vez que Steinbrück viaja con ella en calidad de ministro de Hacienda.

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Ambos reconocieron ayer que las posibilidades de introducir semejante impuesto chocan con las posiciones de otros Gobiernos. El Ejecutivo alemán quiere proponer, además, que aumenten los controles financieros internacionales. El consenso entre Merkel y Steinbrück sobre su viaje a Pittsburgh se interpone así en la pugna electoral entre CDU y SPD, que han gobernado juntos durante la legislatura que ahora termina.

Merkel se ha reservado esta semana para su participación en Pittsburgh y para cerrar, el sábado, la campaña electoral. Una cumbre del G-20 es de asistencia obligada para los jefes de Gobierno y sus ministros de Hacienda. La canciller no acudirá a la cumbre del clima convocada por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en Nueva York.

El caso del ministro de Exteriores y candidato socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, es llamativo. En la página web del Ministerio sólo aparece una cita en la agenda del ministro: "27 de septiembre, elecciones". El discurso del presidente estadounidense, Barack Obama, ante la Asamblea General de Naciones Unidas será escuchado por el secretario de Estado de Exteriores o el embajador alemán ante la ONU.

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La agenda que se lleva Merkel a Estados Unidos es perfecta para la campaña alemana, donde todos los partidos, incluido el liberal, han acentuado la faceta social de sus programas electorales. Qué mejor carta de presentación, con la crisis financiera y económica cerniéndose sobre los puestos de trabajo y las prestaciones sociales de los alemanes, que una apuesta por el control de los mercados y la aspiración de introducir un improbable impuesto financiero mundial. El semanario Der Spiegel tiene esta semana una graciosa portada. En ella se ve un trono. Según desde dónde se mire, aparecen sentados Merkel o Steinmeier. El viaje a Pittsburgh de Merkel transmite de nuevo la impresión contraria: mientras Steinmeier se queda dedicado a su campaña, ella se verá otra vez rodeada de los jefes de Estado y de Gobierno mundiales y junto a Obama. El mensaje vuelve a ser que, hagan lo que hagan los demás, ella es y será la canciller. Todas las encuestas le dan la razón.

Un partidario de la CDU besa la mano a Merkel en un acto de campaña en el centro de Alemania.
Un partidario de la CDU besa la mano a Merkel en un acto de campaña en el centro de Alemania.REUTERS

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