_
_
_
_
_

Obama, obligado a lograr resultados sobre el control nuclear de Irán

EE UU espera que Rusia colabore en la ONU para presionar a Teherán

Antonio Caño

Los próximos diez días, empezando por la apertura hoy de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, serán decisivos para saber si la política de diálogo escogida por la Administración de Barack Obama sirve para resolver por vías pacíficas la disputa con Irán por el desarrollo de su programa nuclear.

El tiempo se le ha acabado ya a Obama, que necesita urgentemente resultados en el área internacional para justificar el cambio de política efectuado en relación con el Gobierno de George Bush. Aumenta la percepción en EE UU de que el presidente sólo ha hecho hasta ahora concesiones -la mayor y más significativa, la renuncia al escudo antimisiles en Europa del Este- sin obtener a cambio ningún progreso tangible en beneficio de los intereses norteamericanos.

Más información
Israel asegura que no descarta la opción militar contra el régimen de los ayatolás
Ahmadineyad: "Nuestro Ejército cortará las manos al que se atreva a atacarnos"

Esta concentración aquí de más de un centenar de líderes mundiales, que hoy debutarán en una cumbre sobre el cambio climático, es una excelente oportunidad para que Obama empiece a revertir esa sensación. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha admitido que nada sustancialmente nuevo cabe esperar de la reunión, también hoy, entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Tampoco se anticipan novedades en relación con Afganistán, que poco a poco se va convirtiendo en un problema exclusivamente norteamericano.

Así pues, el único asunto en el que actualmente existe una perspectiva de cambio en una dirección favorable para Washington es el de Irán, por escasas y remotas que sean las posibilidades reales. Durante la última cumbre del G-8, en Italia, Obama señaló esta Asamblea General como último plazo para que el Gobierno iraní contestara a su oferta de diálogo. Al borde de ese límite, el Gobierno iraní respondió con la aceptación de un encuentro con el grupo de negociación internacional (China, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido), que se celebrará el próximo 1 de octubre en Ginebra y en el que participará, por primera vez de forma plena y oficial, un representante de EE UU.

Los negociadores necesitan obtener de esa reunión algún tipo de compromiso de parte iraní que le permita a Obama defender ante su opinión pública, ante el Congreso y ante aliados impacientes, como Israel, que aún es posible impedir que Teherán construya armas nucleares sin recurrir a medidas de fuerza.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

"Tenemos que lograr transmitir la sensación de que algo se mueve. Hay una posición de parte de los gobernantes norteamericanos y de todos de que es necesario avanzar, aunque será muy difícil", afirma el representante de la Unión Europa en esas negociaciones, Javier Solana, cuyo papel como interlocutor directo con el régimen iraní le confiere en esta nueva fase una enorme responsabilidad.

Solana participará mañana en una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los seis países representados en Ginebra con el objeto de coordinar una posición. Esa será la primera oportunidad para apreciar si la decisión de Obama sobre el paragua antimisiles ha influido o no en la posición de Rusia sobre Irán.

Rusia estuvo vinculada en sus comienzos al desarrollo del programa nuclear iraní, tiene todavía un contrato para la venta a Irán de misiles SS-300 y se ha opuesto siempre a la aprobación de sanciones contra Teherán en el Consejo de Seguridad. Su contribución para vencer la resistencia iraní resulta, por tanto, de invalorable importancia para Estados Unidos. Obama se entrevistará aquí mañana con el presidente ruso, Dmitri Medvédev.

Otra gran oportunidad para conocer, tanto la actitud de Rusia como las verdaderas posibilidades con Irán, será la reunión del jueves del Consejo de Seguridad, presidida por Obama y convocada por quinta vez en la historia a nivel de jefes de Estado o de Gobierno. La resolución contra la proliferación nuclear que está previsto que se apruebe en esa reunión podría ser el marco global en el que Irán pudiera aceptar, sin perder la cara, el control internacional sobre sus instalaciones nucleares. Fuentes diplomáticas han anticipado que confían en que la resolución presente el problema sin señalar directamente a Irán y dejando espacio para que el régimen islámico pueda respaldar su contenido.

La Casa Blanca no se ha hecho, sin embargo, muchas ilusiones sobre el discurso que el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, pronuncie mañana ante la Asamblea General, horas después de la intervención de Obama.

Un instante de los funerales de Estado oficiados en Roma para los soldados italianos fallecidos en Kabul.
Un instante de los funerales de Estado oficiados en Roma para los soldados italianos fallecidos en Kabul.REUTERS

"Retirad" a los italianos

Miles de italianos asistieron ayer en Roma al funeral de Estado por los seis soldados transalpinos que murieron la semana pasada en un atentado terrorista en Afganistán, mientras cada vez son más las voces que piden la retirada de las tropas del país. "¡Retiradlos!, ¿cuántos muertos más tiene que haber?", se oyó entre la multitud. Durante la ceremonia, en la basílica de San Pablo, un hombre cogió un micrófono y gritó: "¡Paz ahora, paz ahora!".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_