PP y PSOE hacen frente común para rechazar las cuentas
Los municipios alertan del riesgo de perder servicios públicos
La ejecutiva de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), con alcaldes de distinto color político -incluidos los del PP y el PSOE, juntos en esto-, aprobó ayer por unanimidad una resolución que pide un cambio en los Presupuestos del Estado para 2010. Ese proyecto de ley, según sostiene la asociación que agrupa a los 8.000 ayuntamientos españoles, los deja a todos en vilo, con 3.000 millones menos que este año y sin posibilidad de afrontar el coste de servicios como la atención a dependientes, las guarderías y los comedores escolares.
Para compensar el recorte de dinero por la bajada de recaudación, la FEMP propone lo siguiente al Gobierno: que les deje dedicar "hasta el 60%" -y no el 15% previsto- del segundo Plan E a gasto corriente (luz, agua, limpieza, gestión diaria de los servicios), en lugar de estar obligados a dedicarlo sólo a inversión (es decir, a obras). El segundo Plan E está dotado con 5.000 millones, así que el 60% equivale a esos 3.000 millones que se pierden por recaudación.
"No pedimos más dinero, sino una distribución distinta. Queremos arrimar el hombro, pero nosotros conocemos las necesidades inmediatas de los ciudadanos y ahora la necesidad es el gasto corriente", aseveró el presidente de la FEMP, el socialista Pedro Castro. Y subrayó otro dato: si el Gobierno lo que quiere es crear empleo con las obras del Plan E, debe tener en cuenta que tanto o más empleo puede destruirse si los servicios públicos dejan de prestarse.
La asistencia del PP a la cita de ayer rompió nueve meses de boicoteo de ese partido a la FEMP. Sólo es un paréntesis. "Iremos a las reuniones sobre financiación, porque es un asunto crucial. Lo demás, por ahora, no", explicó el portavoz popular, Fernando Martínez Maíllo.