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Rajoy renuncia al pulso y deja a Camps que tome sus medidas

Los dos dirigentes se reúnen en Cuenca para cerrar heridas

Carlos E. Cué

La dirección nacional del PP se rinde. Mariano Rajoy, presidente del partido, ha renunciado al pulso ante Francisco Camps, con el que se reunió ayer durante cinco horas en el parador de Alarcón (Cuenca), a medio camino entre Madrid y Valencia. Tras 48 horas de durísimas presiones públicas y privadas, la cúpula del PP ya ha comprobado que Camps no está dispuesto, por ahora, a cortar cabezas ante el escándalo de supuesta financiación ilegal del partido. La dirección nacional cree que tarde o temprano llegarán las destituciones pero, ante la imposibilidad de convencer a Camps, ha decidido que sea él quien madure esa compleja decisión. Mientras, en el grupo parlamentario y en algunas direcciones regionales se instala la preocupación ante la evidencia de que Camps ha ganado el primer pulso con Madrid. "Rajoy ha demostrado una vez más que nunca mata a la primera; lo hace lentamente, como sucedió con Bárcenas, y eso tiene el problema de que transmite la sensación de falta de autoridad interna, pero es su estilo y nadie lo va a cambiar", sentencia un diputado.

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