La izquierda europea se da sólo un respiro
El triunfo de ayer de los socialistas griegos es el segundo consecutivo de la izquierda en la UE, tras el de José Sócrates en Portugal. Irrefutable éxito. Es un modo de verlo, pero sería hacer el avestruz. La pronosticada victoria de Papandreu puede servir de bálsamo a quienes quieran engañarse, porque lo incuestionable es que la izquierda europea se bate en retirada y que en los grandes países de la Unión los conservadores están sólidamente anclados en el poder y avanzando.
Los socialistas apenas se mantienen en España y en el Reino Unido. En el primer caso, con un presidente del Gobierno en quien confían poco o nada el 72% de los españoles, según el último sondeo de Metroscopia, y en las islas a la espera de unas elecciones de 2010 en las que Gordon Brown está abocado a cosechar el peor resultado laborista desde la II Guerra Mundial.
Grecia se suma al menguante club que forman, además de España y el Reino Unido, Portugal, los nórdicos Noruega e Islandia, ambos fuera de la Unión, y Holanda y Austria, en la medida en que la socialdemocracia forma parte de Gobiernos de coalición. La socialdemocracia europea que llegó a formar Gobierno en 10 de los Quince, apenas lo hace ahora en 4 de los Veintisiete y en otros 2 parcialmente.
Europa asiste a un seísmo político que lleva camino de colocar en la lista de ideologías amenazadas a una izquierda y una socialdemocracia que han dominado durante décadas la escena política continental, en la que han servido de contrapeso a la muy consolidada tradición conservadora de inspiración democristiana. Los triunfos electorales en Grecia y Portugal no enmascaran la situación de una izquierda que aparece ante los europeos sin ideas ni credibilidad en unos momentos en que la crisis económica y financiera debiera jugar a su favor.
