Cuando las agendas electrónicas se llamaban Palm
Antaño a las agendas electrónicas (o PDA) se les llamaba Palm. Fue hace una década, pero en el sector tecnológico es un siglo.
Palm Pilot irrumpió en 1995. Tres años después la compañía había comercializado más de 1,5 millones de unidades y poseía el 60% de cuota de mercado con su agenda ligera, sencilla y barata.
Su creador, Jeff Hawkins, no había inventado la rueda. Antes existieron la Psion europea, la japonesa Zaurus y hasta la Newton de Apple. Sin embargo, sólo Hawkins, tras varios intentos fallidos, estaba en el momento exacto con el producto perfecto para conseguir que la marca Palm se convirtiera en el nombre popular de las agendas electrónicas.
El impacto fue tal que nació hasta un nuevo mercado, el de las PDA, pero fue paulatinamente cayendo con el cambio de siglo en favor del móvil, que integra teléfono, agenda, Internet, cámara de fotos, correo electrónico... Es el smartphone.
Tortuoso divorcio
En la cumbre, llegó el divorcio. Palm que había sido adquirida por US Robotics, fue absorbida poco después por 3Com. Sus creadores, descontentos con la estrategia de la nueva dirección, abandonaron la compañía para crear Handspring. Mientras, 3Com salía a Bolsa con el logotipo Palm. Su cotización subió como la espuma hasta casi los 100 dólares para desplomarse después con el estallido de la burbuja de las puntocom.
En 2002, 3Com separó el hardarware del software creando la filial Palm Source, que dedicó al desarrollo y la venta del sistema operativo Palm OS. Esta compañía también terminó siendo independiente. Finalmente, la división de hardware de 3Com se acabó fusionando con Handspring para convertirse en Palm One.
Por el camino de este enrevesado proceso de divorcio y reunificación, todos perdieron. Y su producto fetiche fue barrido por el smartphone. Eso sí, la compañía vuelve a denominarse, a secas, Palm.
Pre es su apuesta por el competitivo mercado del smartphone. La compañía que lideró el mercado de las PDA introduce también un nuevo sistema operativo, WebOS. La cuestión es ¿resurgirá Palm?
