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La sentencia del 'caso Palomino'

El misterio de la camiseta del apuñalador

Aquello parecía importante, pero nadie sabía acertar a explicar qué era esa leyenda escrita en una camiseta: Three Stroke. Los amigos del joven asesinado desfilaban sin terminar de aclarar el porqué la prenda de Josué Estébanez de la Hija, el asesino, le identificaba como neonazi. "No sé, pero sé que la llevan ellos", repetían los testigos con un encogimiento de hombros. Pero el asunto era importante, porque reforzaba el argumento fiscal del agravante ideológico, que los abogados de Estébanez pretendían diluir.

Existen, sin embargo, motivos para justificar la nazificación de la prenda. Pocos días después de aquella sesión del juicio, la Coordinadora Antifascista de Madrid, un amorfo grupo sin rostro, daba las explicaciones que no supieron encontrar los amigos de Palomino. Resulta que la exclusiva en España de esta marca es de Pedro Fernando Fernández Perdices.

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Y éste no es un individuo cualquiera. La hemeroteca recoge que la policía consideró a este hombre como uno de los dos cabecillas (junto a su socio y también propietario de la licencia Three Stroke hasta su suicidio, Carlos Ruiz de Castro) del grupo Bases Autónomas, la organización nazi más activa en Madrid durante los ochenta y los noventa, que se vio envuelta en varios casos de asesinato, como el de Ricardo González, en Alcorcón, en 1995.

Fernández Perdices, además, es el propietario de DSO, una tienda en Madrid donde numerosos jóvenes de estética skinhead adquieren sus prendas de vestir.

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