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El futuro del sistema financiero

El rechazo del sur a la fusión de cajas frena la decisión de los partidos

El BNG matiza su discurso y antepone la "galleguidad" a la unión de cajas

El asunto de la fusión de las cajas se ha convertido ya en una lucha entre el norte y el sur. Desde que los empresarios de las provincias de Pontevedra y Ourense se manifestaran a favor de mantener el mapa actual, la conciliación de intereses dentro de los partidos y en la propia Xunta se ha convertido en una tarea delicada, ante el riesgo palmario de un enfrentamiento territorial sin precedentes. Todo ello, a poco más de un año de las elecciones municipales.

El frágil equilibrio en el que todos se mueven se puso de manifiesto en el caso de la Xunta este fin de semana. Tras reconocer en este periódico la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, que apuesta "por una caja solvente, eficiente y vinculada a la población", la Xunta matizó sus palabras en un comunicado para apuntar que trabaja para lograr un escenario con "una o dos cajas". Entre una y otra afirmación, se sucedieron llamadas cruzadas a Alberto Núñez Feijóo y su entorno, desde el norte y el sur de la comunidad. Ayer fue el propio presidente de la Xunta, quien en un acto de su partido pidió a concejales y alcaldes del PP que sean "leales a Galicia" para no "decir una cosa en un sitio y otra a 50 kilómetros de distancia".Feijóo se comprometió a compartir su decisión, "cuando la haya", con la oposición y los "sectores económicos y sociales". Ante el denominado comité de las ciudades del PP, el presidente del partido reclamó a alcaldes y ediles populares unidad ante el debate de la fusión. En las sillas de las primeras filas, el aspirante a alcalde en A Coruña, Carlos Negreira, y el portavoz municipal en Vigo, José Manuel Figueroa, con intereses contrapuestos en este tema, tomaban buena nota. Igual que Telmo Martín, presidente del PP en Pontevedra.

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El recado de Feijóo tomó como ejemplo contradicciones internas del PSOE como el topónimo de A Coruña y pidió mantener el silencio. También se refirió a la oposición para reclamarle que, si no quiere ayudar al Gobierno, al menos "que no perjudique a Galicia". En la reunión no estaba presente el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, el más firme detractor de la fusión en el PP.

Ese fue el discurso abierto a los medios de comunicación. Puertas adentro, Feijóo minimizó ante los suyos el papel de la Xunta en la solución final para las cajas. Advirtió de que ésta partirá de las asambleas de las propias entidades financieras y de la información que facilite el Banco de España. Reiteró a los concejales de Vigo y A Coruña, que no pueden caer en "la visión electoralista" que, en su opinión, persigue el PSOE.

El equilibrismo respecto a la fusión es cada vez más general. En el PSdeG, el asunto provocó días atrás un tenso debate de su grupo parlamentario que se saldó sin definir un criterio claro. Y en el BNG, la única formación política que defendía sin ambages la unión de las dos cajas, el discurso se ha matizado para derivar en una defensa de la "galleguidad" del modelo resultante.

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Las declaraciones de Fernández Currás permitieron aclarar que la Xunta apuesta por la fusión, si bien el entorno de Feijóo prefiere medir los tiempos y actuar con cautela para no reventar las negociaciones con Caixa Galicia y Caixanova. Porque mientras se sucede el cruce de declaraciones, todos los actores, las dos cajas y la titular de Facenda, siguen sentados a la mesa. Siempre con los informes confidenciales del Banco de España como guía.

En el PSdeG, mientras, se han impuesto quienes defienden que sea Feijóo el que asuma el coste político del proceso, para evitar que afloren diferencias internas. En sintonía con esta opción, su secretario general, Manuel Vázquez, apuntó ayer que las cajas deben definirse en primer lugar y que, a continuación, la Xunta "entre ahí" para buscar acuerdos que garanticen la "galleguidad".

El BNG, mientras, ha cambiado la reivindicación de la fusión por la de la "galleguidad" del modelo resultante. La oposición de una parte de la CIG a la unión de las dos cajas por su impacto laboral y las reticencias del sector quintanista llevaron al portavoz nacional, Guillerme Vázquez, a moderar su discurso, en línea con la demanda de Máis BNG, formación a la que pertenece el portavoz parlamentario, Carlos Aymerich. Este sábado en Vigo, Vázquez volvió a hablar de fusión, pero antepuso la consabida galleguidad y la reforma de la Ley de Cajas. Todo ello, después de que el asunto se debatiera en los órganos directivos del BNG sin cerrar un criterio firme.

En Vigo, el PSdeG reiteró su "satisfacción" con el modelo actual. El edil Xulio Calviño, en funciones de portavoz municipal, abogó por un modelo "con dos cajas fuertes", pero sin "prejuzgar la posición definitiva" que se adopte con toda la documentación disponible. Básicamente, es la misma postura que defendió ayer mismo el PP a través de José Manuel Figueroa y Rafael Louzán. Fieles a la petición de Feijóo, ambos declararon que "habrá un pronunciamiento del partido cuando se tengan en la mesa todos los datos".

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