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Homenaje a las 13 víctimas de Tejas

Obama pide que no se olvide a los asesinados por un psiquiatra militar musulmán

Yolanda Monge

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró ayer que la nación no debe olvidar nunca a los 13 hombres y mujeres que murieron el pasado jueves en el ataque de Fort Hood. "Éste es un tiempo de guerra, a pesar de lo cual estos americanos no murieron en un lejano campo de batalla en el extranjero", dijo. Eso hace más difícil de asumir la tragedia. "Pero ni este país -ni los valores en los que se basa- podrían existir sin hombres y mujeres como los 13 caídos, por eso hay que rendir homenaje a su memoria", manifestó un solemne presidente vestido de riguroso luto.

Uno a uno, Obama proclamó los 13 nombres. Uno a uno fue desgranando los detalles de la vida de todos ellos. Francheska Velez, de padre colombiano y madre puertorriqueña, que buscaba hacer carrera en el Ejército y que estaba embarazada de mes y medio cuando cayó abatida; Amy Krueger, atleta que se unió al estamento tras el 11-S; Michael Cahill, tan entregado a sus pacientes que el día que murió se incorporaba al trabajo poco después de haber sufrido un ataque al corazón... "Ninguna fe justifica estos actos criminales y cobardes", dijo Obama. "Ningún Dios justo y cariñoso los acepta", puntualizó el presidente, que retrasó un día su viaje a Asia para asistir al funeral.

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Hasta 15.000 personas se congregaron en Fort Hood para rendir homenaje a los muertos, 12 militares y un civil. Muchos eran soldados en uniforme de camuflaje que esperaban cabizbajos la comparecencia del presidente de EE UU, que tuvo que consolar a una nación afligida por la matanza y conmocionada porque sus hombres y mujeres de uniforme hallen la muerte también en casa, y no sólo en las lejanas guerras.

El presidente y la primera dama pasaron las horas previas al masivo funeral consolando, en privado, a los familiares de las víctimas, que durante la ceremonia se distinguían porque portaban un lazo blanco sobre sus ropas. Hasta pocos minutos antes de que comenzase el acto, la multitud seguía aumentando y concentrándose ante el estrado sobre el que yacían 13 pares de botas de combate, tocados por fusiles coronados por un casco y las fotografías de los caídos.

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La tesis que siguen manejando los investigadores es que Nidal Malik Hasan actuó solo, a pesar de las informaciones conocidas en los últimos días que hablan de comunicaciones interceptadas entre el psiquiatra militar y un clérigo radical. Hasta 20 correos electrónicos habrían intercambiado el comandante Hasan y Anwar Al Awlaki, un yemení cuya página en Internet alienta a los musulmanes a atentar contra los soldados estadounidenses desplegados en Irak. Ese mismo imán predicó durante años en la mezquita de Falls Church (a las afueras de Washington), lugar donde acostumbraba a rezar Hasan y que fue frecuentada por dos individuos relacionados con los ataques del 11-S.

La correspondencia electrónica tuvo lugar este año y el pasado, pero ninguna autoridad tomó medidas. Los organismos contraterroristas se limitaron a aportar una "evaluación" de los hechos, pero no se abrió una investigación. El FBI la ha abierto ahora.

Tampoco se investigó el hecho de que el psiquiatra amenazara a sus compañeros del hospital militar Walter Reed (Washington, anterior destino de Hasan) sobre las "adversas consecuencias" de obligar a los musulmanes a seguir dentro del Ejército si querían abandonarlo por objeción de conciencia para no luchar contra sus hermanos en Irak y Afganistán.

Hasan pasó seis años en el Walter Reed tratando los problemas psicológicos de los soldados que volvían de Irak y Afganistán. Fue trasladado en julio a Tejas, en un paso previo a su envío a Kabul. Nadie advirtió la importancia premonitoria de sus palabras.

Michelle y Barack Obama, durante el homenaje a los soldados caídos en el cuartel de Fort Hood (Tejas).
Michelle y Barack Obama, durante el homenaje a los soldados caídos en el cuartel de Fort Hood (Tejas).ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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