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Repsol acepta indemnizar a los pescadores de Tarragona

La compañía ocupó unos caladeros de gambas durante cuatro meses, durante los que sufrió dos vertidos de crudo

Los pescadores se han impuesto a la petrolera Repsol. La empresa, que realizó prospecciones entre marzo y julio frente al delta del Ebro en busca de nuevos yacimientos, indemnizará a la Cofradía de Pescadores de Tarragona por aquellos trabajos, según venía raclamando la entidad desde entonces. La prospección de Repsol culminó con el hallazgo de dos yacimientos; también con al menos dos vertidos de crudo que la petrolera ocultó y que podrían haber perjudicado a los pescadores.

Las fugas fueron detectadas por el Ministerio de Fomento, que abrió un expediente sancionador aún no resuelto contra la empresa. La indemnización de la petrolera a la cofradía, cuya cuantía se está negociando, está desvinculada de los vertidos, asegura Repsol.

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Ambas partes difieren en el montante de la indemnización. La cofradía exige 1,5 millones de euros, calculados sobre las capturas que los pescadores realizaron en la zona, rica en gambas, el año pasado y el precio de mercado actual. La petrolera exige fijar la compensación en relación con la media de las capturas de los últimos tres años, y emplear este promedio para determinar el precio. Este procedimiento podría rebajar la indemnización en más de 500.000 euros, según fuentes cercanas a la negociación. "Debemos concretar los últimos flecos pero el acuerdo está encarrilado", asegura Repsol.

No se negocia con otras cofradías porque ninguna otra ha reclamado indemnizaciones. La petrolera asegura que en la zona afectada por las prospecciones sólo faenan nueve barcos con origen en el puerto tarraconense. "Estamos muy satisfechos de que al final se nos haya dado la razón", añade un portavoz de la cofradía.

Los ánimos son muy distintos a los de la pasada primavera, cuando los barcos de pesca toparon con un cerco imprevisto. "Llegamos a la zona y estaba cerrada por unos barcos que perforaban el fondo marino. Nadie nos había avisado de nada", protestó entonces Esteve Ortiz, uno de los pescadores afectados. Ahora la preocupación se centra en que la explotación de los nuevos yacimientos, con los que Repsol prevé producir unos 7.500 barriles diarios, obstaculice la pesca de forma permanente. El golpe podría ser definitivo para la Cofradía de Pescadores de Tarragona, que dice estar asfixiada económicamente.

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