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CATALUÑA | Crisis financiera

Viva la endogamia financiera

Si llega a buen puerto la negociación, aún oficiosa, entre Caixa Penedès, tercera caja catalana, y Caixa Laietana, más pequeña y centrada en su feudo del Maresme, para constituir una entidad con 32.500 millones de activos, mil oficinas y 4.000 empleados, Cataluña, la comunidad más activa en fusiones, habrá protagonizado tres en pocos meses.

Sin concretar indicaciones sobre parejas de baile, el Gobierno catalán no ha sido un espectador pasivo: ha metido prisa a las cajas para que no esperaran a tener problemas para actuar y les ha advertido de que Cataluña no debía perder peso financiero. Un mensaje claro: que coquetearan entre ellas. La oposición de CiU está también por la labor. Sólo se han significado en Caixa Tarragona, gobernada por la Diputación Provincial (CiU).

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Todo en contra de las cajas

Salvo por Penedès, deseosa de mirar fuera aunque se case con Laietana, la indicación política de la endogamia era innecesaria. El mapa de cajas catalán era el más atomizado de España y las entidades corrieron a buscar acomodo en alianzas con vecinos conocidos. Tarragona y Manresa se unirán finalmente a Caixa Catalunya, que liderará la mayor de las fusiones. La resultante quiere reducir 1.800 empleos y 500 oficinas, lo que ha puesto en pie de guerra a la plantilla. La sintonía llegó rápido entre las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu, a las que se sumó Girona, atraída por un proyecto que se esmera en visualizar el arraigo territorial de cada entidad vía marcas, sedes y reparto de la Obra Social. Le esperan 620 prejubilaciones.

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