La caída de la nueva gripe se detiene en España
La tasa de casos de nueva gripe por cada 100.000 habitantes ha frenado la caída que empezó el 21 de noviembre. La última semana fueron 78,55 casos, prácticamente los mismos que la anterior (77,72). En su nota, el Ministerio de Sanidad no da ninguna explicación sobre este comportamiento. Pero si se compara con la evolución de la gripe otros años, se ve que lo normal sería que ahora empezara un paulatino aumento, hasta alcanzar un nuevo pico a finales de año o en las primeras semanas de enero, impulsado el virus por el frío, que nos hace más vulnerables.
De hecho, lo anormal es lo que ha sucedido este año. La nueva gripe empezó a propagarse muy pronto, y ya a mediados de noviembre tenía una tasa de infectados que era superior a la de la peor época de la gripe del año pasado. Luego, empezó a disminuir. Las explicaciones para este comportamiento son varias: al tratarse de un virus nuevo que afectaba a un grupo de población diferente, se transmitió de una manera distinta. El comienzo de las clases hizo de detonante (los menores han sido el grupo de población más afectada). Luego, una vez agotado ese nicho ecológico, y coincidiendo con un otoño inusualmente cálido y el inicio de las vacunaciones, el virus retrocedió. Ahora, el frío reactiva el proceso.
El número de fallecidos es ya de 256,23 más que la semana anterior. La tasa de letalidad es ya de 20 personas por cada 10.000 afectados, la más alta desde que comenzó la pandemia.
