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El auge chino en Madrid

Una comunidad perfectamente organizada

Para los chinos residentes en España la comunidad es básica. Una inmensa mayoría proviene de la provincia de Zhejiang (entre el 70% y el 90%, según la fuente), con 47 millones de habitantes, un dialecto y costumbres propias. A su llegada a Madrid reúnen dinero mediante préstamos privados. Al asentarse entran como cualquier español en el circuito de hipotecas y préstamos bancarios. "Y saben que, si en un lugar nos tratan bien, se corre la voz", explica con sonrisa cómplice Li Huan, de la Asociación de Jóvenes Empresarios Chinos (AJEC). El boca-oreja no falla. Por eso cada vez más entidades tienen planes de fidelización de clientes chinos y contratan a cajeros chinos. Por eso la recepción de la AJEC aparece cubierta de tarjetas de consultoras, concesionarios y aseguradoras españolas. Que la asociación les avale es suficiente para asegurar un flujo de clientes.

Las asociaciones juegan un papel fundamental en la integración y la defensa de derechos de la comunidad. En Madrid se contabilizan más de 30. Pueden ser regionales, sectoriales, o comerciales. Proveen de ayuda con el idioma, consultoría legal y hasta arquitectos para reformar locales. Se reúnen regularmente entre ellas y con la Embajada china. A su cabeza se colocan los emigrantes con más poder.

No es raro que un ciudadano chino pertenezca a varias. Según el interés que desee defender, se amparan en una u otra. Por ejemplo, Pedro Zhang pasa de hablar de la movilización por conseguir una escuela china que está impulsando dentro de la Asociación de Ciudadanos de Qingtian, a ponerse la visera de presidente de la Asociación de Alimentación y protestar porque, según sus cálculos, de las 500 tiendas chinas de frutos secos del distrito de Centro, 450 tienen multas por vender alcohol sin licencia. "Solicitamos las licencias hace siete años, y no nos las dan", se queja. "Ahora quieren el pago de multas, más intereses. ¡Una ruina!".

Los chinos niegan que un sistema de relación tan tupido implique cerrarse a su país de acogida. "Ni mucho menos. Al principio es difícil por el idioma y las costumbres, pero tener amigos españoles es importante. Para los negocios y la vida", explica Miguel, empresario textil chino. "Con el tiempo incluso tenemos que hacer esfuerzos para que nuestros hijos no se olviden de dónde vienen. ¡Si no, serían sólo españoles!".

El auge chino

- Hay 33.000 empadronados en la Comunidad de Madrid.

- De los 19.000 inscritos en la Seguridad Social, un tercio son autónomos.

- Hace 50 años un grupo de estudiantes de Taiwan montó el primer negocio chino, en la plaza de España.

- En el polígono industrial de Cobo Calleja se descargan 400 contenedores de mercancías cada semana.

- En el distrito de Centroregentan 500 tiendas de alimentación

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