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Crónica:OSASUNA 0 - REAL MADRID 0 | 16ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid no encuentra la salida

La presión de Osasuna frena en seco la proyección del equipo de Pellegrini

Diego Torres

Higuaín se encontró con un despeje perdido y encaró a Ricardo con una pradera para pensarse el remate. Decidió fulminar al muñeco, y el muñeco le sacó una mano perfecta. El portero tocó el balón, que se fue por arriba del larguero para ir a parar a donde los muchachos del Indargorri. Sucedió en lo más caliente de la segunda parte. Fue la oportunidad más nítida de un Madrid incapaz de imponerse. Un Madrid que se presentó en el Reyno de Navarra para asaltar el liderato pero se quedó al pie de la muralla.

Pudo más el ejercicio de generosidad de los jugadores de Osasuna que la creatividad de las figuras del Madrid. Naturalmente, los partidos en Pamplona discurren hacia la guerra de desgaste. Juegue Tuni o juegue Cristiano. Es como si hubiese fuerzas superiores que acaban por condicionar la disputa acelerándola, trabándola, agitando a las gradas y ahogando la creatividad de los futbolistas más dotados. Se ven pocos remates. El primero, ayer, lo hizo Nekounam pasada la media hora, a la salida de un córner. Cabeceó abajo, a la base del palo izquierdo de Casillas. Como mandan los cánones. El portero reaccionó como un gato y despejó. Sus compañeros respiraron aliviados. No conseguían encontrar el hilo al partido. La jugada más peligrosa del Madrid la iluminó Arbeloa con dos bicicletas en el costado izquierdo. Su pase atrás a Van der Vaart acabó en el único tiro de los visitantes en una hora de refriega. Cuando el árbitro pitó el descanso se podía decir que Osasuna cumplía con su plan.

OSASUNA 0 - REAL MADRID 0

Osasuna: Ricardo; Azpilicueta, Roversio, Flaño, Monreal; Juanfran (Rúper, m. 79), Puñal, Nekounam, Camuñas (Calleja, m. 92); Aranda (Masoud, m. 63) y Pandiani. No utilizados: Echaide, Vadocz y Galán.

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Albiol, Garay, Arbeloa; Lass, Xabi Alonso, Marcelo (Granero, m. 82); Van der Vaart (Benzema, m. 63); Higuaín (Raúl, m. 72) y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Dudek; Metzelder, Gago y Drenthe.

Árbitro. Mateu Lahoz. Amonestó a Lass, Masoud, Sergio Ramos, Pandiani, Arbeloa y Nekounam.

Unos 18.000 espectadores en el Reyno de Navarra.

Ronaldo se fue con una sensación nueva: no chutó entre los tres palos
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Cristiano, perdido
"Estuvimos poco creativos"

Camacho mandó achicar el campo y Flaño plantó la defensa a 20 metros del área chica de Ricardo, empujando al medio campo hacia terreno adversario y apretando la salida del balón del Madrid gracias al esfuerzo solidario de los delanteros. La presión coordinada puso en dificultades a Xabi, que no encontró gran ayuda a su alrededor. Marcelo y Van der Vaart empezaron ofreciéndose y tocando entre líneas con gran movilidad, pero acabó imponiéndose la pierna de Puñal, que se fue adueñando de la zona ancha. Poco a poco, el Madrid perdió la iniciativa. El embotellamiento en el medio tuvo consecuencias. El peso del partido se trasladó a los defensas y a los laterales. Se lució Azpilicueta con sus saques de banda y sus desplazamientos en largo. Brilló Arbeloa cerrando y progresando. Se destacó Garay desbaratando los contragolpes. No hubo noticias de Cristiano ni de Higuaín, incapaces de desmarcarse por afuera, sedientos de balón, desconectados de sus pasadores habituales.

Al Madrid le faltó el hombre del pase quirúrgico. Le faltó un Guti que pusiera la pelota. Higuaín y Cristiano recibieron mal y lejos de la zona donde inquietan a los defensas. Mientras los jugadores de Osasuna tuvieron energía, los despliegues de los puntas madridistas resultaron estériles. En la segunda parte se aflojaron las correas. A medida que la gente comenzó a ahorrar esfuerzos, aumentaban los claros, y los contragolpes. El partido se acercó a las áreas. Camacho quitó a Aranda, hasta entonces encargado de oficiar de diana de los pelotazos, como punto de apoyo para las segundas jugadas. La salida del malagueño, uno de esos delanteros sin gol, abrió la puerta a Masoud, que tampoco tiene gol, pero desequilibra. El extremo iraní conduce con imán. Lleva la pelota pegada a la bota derecha, desborda con un regate sutil, muy particular, sin excesos, y, cuando levanta la cabeza, sabe ver cada movimiento de sus compañeros. Sus pases aclararon los ataques de Osasuna y contribuyeron a acelerar el partido. Pero Pandiani no fue capaz de conectar un remate. Es la paradoja de los partidos del viejo Sadar. La agitación no se concreta fácilmente en goles. De espaldas al ruido, Casillas vivió una noche bastante serena.

Pellegrini metió mano a su equipo retirando a Van der Vaart para darle cancha a Benzema y sentando a Higuaín para meter a Raúl. El Pipa fue al banquillo con cara de frustración. Luego entró Granero por Marcelo. Pero los cambios sirvieron de poco. El Madrid dio un paso adelante, pero siguió sin descubrir la rendija. Al final del partido, Cristiano se fue a la ducha con una sensación nueva desde que llegó a la Liga. No había tirado entre los tres palos. El Barça sigue siendo líder.

Benzema pelea por el balón con Azpilicueta.
Benzema pelea por el balón con Azpilicueta.AP

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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