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Reportaje:

Rossi mata el gusanillo

El italiano completa dos días de pruebas en Montmeló a los mandos de un Ferrari de F-1

Oriol Puigdemont

A pesar de haber reiterado una y otra vez que su deseo más inmediato es el de continuar compitiendo en el Mundial de MotoGP, Valentino Rossi no desaprovecha ninguna oportunidad que se le presenta para subirse a un monoplaza de fórmula 1 y dar unas vueltas. "He llamado a Stefano Domenicali

[director deportivo de Ferrari] para que me dijera si iba a regalarme otra tanda de vueltas con el Ferrari, pero no me ha contestado. Y eso no es una buena señal", decía el italiano hace unos meses, entre risas, en el circuito de Malaisia, el día que se proclamó campeón del mundo de MotoGP por séptima vez. Domenicali le dijo que sí, que también le iba a recompensar por la corona, y Rossi concluyó ayer, en el circuito de Montmeló, los dos días de test que le prometieron. Es la sexta vez que realiza un test con uno de los monoplazas de Ferrari.

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Tras un primer día, el miércoles, que se le complicó a Il Dottore debido a las condiciones de la pista, mojada y resbaladiza como un cristal, la cosa le fue mucho mejor ayer. Demostró que, además de ser el mejor piloto de la historia del motociclismo, es capaz de circular rápido sobre cualquier cosa. Si es un Ferrari, aún más. Rossi completó 600 kilómetros con el F2008, y su mejor tiempo fue de 1m 21s 900mm, casi un segundo más rápido que el que empleó Rubens Barrichello para adjudicarse la vuelta rápida del pasado Gran Premio de España. Cabe decir, sin embargo, que Rossi circuló con el F2008, calzado con neumáticos lisos y con poca carga de combustible.

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