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La primera crisis del euro | El plan de rescate europeo

La UE y el BCE exigen más ajustes a Grecia mientras se agrava su recesión

El Gobierno de Papandreu "debe hacer todo lo necesario" para reducir el déficit

Andreu Missé

Altos responsables de la Comisión Europea, Eurogrupo y Banco Central Europeo (BCE) exigieron ayer a las autoridades griegas que adopten medidas adicionales para sanear sus finanzas y ganar la confianza de los mercados. Estas peticiones de austeridad coincidieron con la publicación de las cifras de evolución del producto interior bruto (PIB) por parte de Eurostat que revelaron que la economía griega se contrajo el 0,8% durante el cuarto trimestre, lo que significó un deterioro muy superior al previsto y que se distancia de la media de la Unión a pesar de que ésta registró un crecimiento muy débil, sólo un 0,1%.

Para el conjunto del pasado año, la caída de la actividad económica griega se situó en torno al 2%, aumentando las dificultades del Gobierno para resolver la crisis de la deuda pública. La contracción de la economía implicará una menor recaudación de impuestos de la prevista y requerirá mayores esfuerzos para reducir el déficit. El Gobierno socialista griego de George Papandreu se ha comprometido a reducir el déficit público en cuatro puntos este año para pasar desde 12,7% al 8,7%.

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En medio de esta coyuntura de dificultades financieras y económicas y con una oleada de protestas sociales contra las medidas de austeridad, Jürgen Stark, miembro del directorio del Banco Central Europeo (BCE), insistió ayer en que Grecia debe tomar nuevas medidas. En una entrevista a Der Spiegel, el economista jefe del BCE precisó que "el Gobierno griego debe poner orden en su propia casa". Stark, representante del ala más dogmática de la entidad, señaló que "las medidas adoptadas hasta ahora son el mínimo absoluto que deben ponerse en práctica ahora, pero que harán falta más, dado el claro deterioro de la situación".

Stark rechazó tanto la idea de ayudas bilaterales a través de préstamos o avales por parte de determinados Estados, como la de una transferencia de recursos de Alemania a Grecia. En su opinión estas medidas serían "contraproducentes o muy difíciles de conciliar con los principios de la unión monetaria". La canciller Angela Merkel se ha amparado en un dictamen del Tribunal Constitucional alemán para justificar las dificultades de conceder ayudas financieras a Grecia. En el mismo sentido, Stark expresó su rechazo al lanzamiento de una emisión de obligaciones europeas en beneficio de Grecia que, a su juicio, "no resolvería los problemas estructurales del país".

Los líderes europeos se comprometieron el pasado jueves a ayudar a Grecia aunque no precisaron ningún instrumento financiero concreto. La fórmula empleada para expresar la solidaridad de la UE con Grecia se centró en un "acuerdo político" que establece que "los Estados miembros de la zona euro tomarán las medidas determinadas y coordinadas, si fuera necesario, para preservar la estabilidad financiera de la zona euro en su conjunto".

En una dirección parecida se expresó el nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el finlandés Olli Rehn. En la primera intervención ante la crisis griega, el comisario pidió al Gobierno griego, a través de un comunicado, "que haga todo lo que sea necesario, incluyendo la adopción de medidas adicionales, para garantizar que se alcancen los ambiciosos objetivos fijados en la actualización del programa de estabilidad, especialmente la reducción del déficit público en cuatro puntos porcentuales para 2010".

El Ejecutivo comunitario presentará su primer análisis sobre la valoración del ajuste efectuado por el Gobierno griego el próximo marzo, y a la vista de los resultados "propondrá medidas adicionales si es necesario".

Según el comisario, la lección que se debe sacar de la crisis griega es que "necesitamos urgentemente una vigilancia de las políticas económicas más profunda y más amplia, incluyendo la detección temprana y corrección de los desequilibrios para mejorar la protección de la estabilidad financiera de la zona euro".

Grecia ha adoptado ya un durísimo plan de austeridad, parte del cual está todavía pendiente de su aprobación por el Parlamento. En el campo del gasto, se propone entre otras medidas reducir la factura global que representan los salarios públicos, la disminución de los gastos hospitalarios y militares, estos últimos muy por encima de la media comunitaria, a consecuencia del contencioso con Turquía por Chipre. En el campo de los ingresos se prevé un aumento de la progresividad de los impuestos, aumento de los gravámenes en el tabaco y alcohol, eliminación de las exenciones fiscales y reforma de la fiscalidad de los inmuebles.

También expresó la conveniencia de que las autoridades griegas adopten "medidas adicionales" el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. El primer ministro luxemburgués manifestó al diario Libération la necesidad de ganar "credibilidad". "El plan griego", dijo, "debe aparecer como creíble. Si los mercados cuestionan la credibilidad de la gestión griega, deberán tomarse medidas adicionales". Juncker advirtió de todas maneras que los mercados "se equivocan" si "especulan" sobre la posibilidad de "una ausencia de reacción de la zona euro".

El primer ministro griego, George Papandreu, a su llegada ayer a la reunión del Consejo de Ministros en Atenas (Grecia).
El primer ministro griego, George Papandreu, a su llegada ayer a la reunión del Consejo de Ministros en Atenas (Grecia).EFE

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