El libertador de Betancourt
La imagen de Juan Manuel Santos, entonces ministro de Defensa, bajando de la mano de Ingrid Betancourt del avión militar que devolvió a la ex candidata presidencial a la libertad tras largos años en poder de las FARC, es la que más ha proyectado su carrera política. Este economista y administrador de empresas educado en las mejores universidades cuenta desde la liberación de Betancourt, el 2 de julio de 2008, con un indudable rédito electoral. Pero las encuestas que lo mostraban entonces como claro aspirante a reemplazar a Uribe hoy establecen que sólo un 12% de los votantes le apoya.
Santos, de 58 años, pertenece a una de las familias de mayor tradición política del país. Es nieto de un presidente y primo del actual vicepresidente. Hasta hace poco los Santos fueron los dueños de El Tiempo, el más influyente periódico del país.
Ha sido ministro de Hacienda, de Comercio Exterior y de Defensa. Es actualmente el jefe del Partido de la U, el partido por excelencia del uribismo, y mantuvo su candidatura dormida a la espera de la definición del futuro político de Uribe.
A Santos le ha gustado emplear la mano dura frente a las guerrillas o frente a los países vecinos Venezuela y Ecuador. Es audaz, ambicioso y arrogante, pero no parece conectar con el ciudadano de a pie.