Henry sale de la sombra

Hasta tres veces le preguntaron ayer a Raymond Domenech si Henry capitaneará esta noche a Francia o si, como en el Barcelona, irá al banquillo. Hasta tres veces, desafiante, el técnico se negó a responder. Francia espera que hoy renazca Henry, asustada como está la hinchada de su estado al verle jugar poco y mal con el Barça, en el que lleva un curso muy gris: tres goles en 21 partidos. En España ha jugado el 40% de los minutos. En Francia, el doble. Perdido en el Barça, Tití asoma entre las sombras vestido de azul.

"A los delanteros se les mide por los goles y él no tiene suerte, pero trabaja mucho y tiene calidad. Volverá a meterlos", dijo ayer Villa. "Es peligroso. Y su trayectoria es admirable", apuntó Casillas. "Suele ser un jugador de altibajos", matizó Vicente del Bosque, que considera al delantero, junto a Ribéry, Malouda y Gourcuff, como el grupo que aporta la denominación de origen al juego francés.

A todo esto, Henry está harto o, al menos, eso dijo ayer, algo malencarado. "Siempre lo mismo. Ya está bien de hablar de mi suplencia", respondió en castellano. "No se valora lo que hace Pedro si constantemente preguntáis por qué yo no juego. Y no juego porque en mi posición juega un futbolista que se llama Iniesta", se arrancó. "Lo importante es que el equipo gane. Jugaré cuando tenga que jugar. Y, cuando me toque, trataré de hacerlo bien, como siempre", insistió Henry, que lleva una temporada en la caldera desde que, con mucha mano izquierda, metió a Francia en el Mundial en la repesca frente a la República de Irlanda.

Hoy vuelve al lugar de los hechos. No levanta cabeza desde entonces y, para colmo, Ribéry ha pedido jugar por la banda izquierda. El delantero se resigna: "Querría jugar más con el Barça, pero así llegaré más descansado al Mundial".