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El dúo simbiótico

Manuel Chaves y Luis Pizarro dejan la dirección tras pilotarla 16 años

Lourdes Lucio

Manuel Chaves y Luis Pizarro han formado un tándem perfecto desde que en abril de 1994 se hicieran cargo del PSOE de Andalucía en uno de los congresos con más desgarro interno. No sólo enfrentados sino también divididos entre guerristas y renovadores, Chaves se alzó por primera vez a sus 48 años con la secretaría general del PSOE andaluz. Hoy la deja, dos años antes de lo previsto, en manos de su sucesor en la presidencia de la Junta, José Antonio Griñán, el más veterano de cuantos han ocupado este puesto desde que se celebró en 1977 el primer congreso de los socialistas andaluces. 30 años tenía José Rodríguez de la Borbolla cuando alcanzó el liderazgo; 50, Carlos Sanjuán; 48, Manuel Chaves; y 64, José Antonio Griñán.

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Durante 16 años, Chaves y Pizarro han actuado como un dúo político simbiótico, en el que si ha habido discrepancias entre ambos no han trascendido. Son los artífices de una cuenta de resultados electorales boyantes para el PSOE de Andalucía. Pero no son los únicos actores de lo que muchos socialistas consideran "la mejor etapa" del PSOE andaluz, aunque sí "los últimos que quedan".

A Chaves y Pizarro hay que añadir el nombre de otros que en su día formaron parte del núcleo fuerte del PSOE. Principalmente, el de Gaspar Zarrías, ex consejero de la Presidencia, y José Caballos, ex portavoz parlamentario, encargados de pararle todos los golpes al presidente Chaves. Eran su guardia pretoriana, algo de lo que, por ahora, carece José Antonio Griñán. En ese núcleo, aunque en otra esfera, han estado José Asenjo, Javier Torres Vela y Mar Moreno. "Creo que es una etapa que recordaremos. No ha habido mejor momento del PSOE andaluz y no sé si va a haber otra igual", afirma un dirigente regional.

Entrar en ese círculo, trabado a base de confianzas, de discutir mucho y de aportar ideas en una mesa de camilla en la que continuamente se hablaba de estrategia política, de iniciativas, nunca ha sido fácil para los que no pertenecían a él. De ahí que durante un tiempo en el PSOE un ingenioso dirigente bautizara a este grupo como el de "los inmortales". Se inspiraba la comparación en la película del mismo título en la que los protagonistas sólo podían morir decapitados por otro inmortal. Y del grupo citado tan sólo quedan dos: Manuel Chaves y Luis Pizarro.

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La salida de éste último de la ejecutiva regional se está viviendo con desazón por los militantes de la agrupación de Cádiz y también de otras muchas provincias. Pero no por él. Desde hace mucho viene mentalizándose en que la salida de Chaves de la ejecutiva, implicaba la suya también. Lo que no esperaba ni deseaba era adelantar el congreso del PSOE andaluz antes de tiempo y probablemente tampoco, las desconfianzas surgidas en estos 11 meses de convivencia en el Gobierno con Griñán, al que apoyó como sucesor de Chaves porque, entre otros motivos, era el único que concitaba el consenso interno de todo el PSOE. En eso el dúo simbiótico piensa lo mismo: lo primero, siempre lo mejor para el partido.

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