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El fraude en el transporte público / 4

"Hay que aumentar el control y estigmatizar a quienes se cuelen"

Colarse en el metro es sencillo. Esta sería la respuesta obvia de por qué lo hacen millones de personas. Pero tiene muchos más matices. Y tantas versiones como corrientes de pensamiento. "Si las multas son bajas y hay pocas probabilidades de que te las impongan porque hay pocos revisores, mucha gente se inclinará por ahorrarse el billete, aunque cueste un euro". Este es el primer diagnóstico que hacen del fraude en el transporte barcelonés Patricia Funk, Nagore Iriberri y José Apesteguia, investigadores del departamento de Economía Experimental y Comportamiento de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF). "La respuesta clásica sería subir la multa y poner más controladores. Así de fácil. El problema es que en el hecho de colarse influyen más aspectos, como los valores que te han transmitido tus padres o lo que ves hacer a los demás, especialmente a aquellos con los que te identificas", apunta Iriberri. Eso explicaría que mucha gente se cuele por mimetismo.

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Imitar al otro, sin embargo, también puede favorecer comportamientos positivos. "Un estudio muestra que en un bloque de vecinos, si se les enseña uno por uno el gasto medio de energía, los que descubran que están por encima tenderán a rebajarlo", apunta José Apesteguia. Nadie quiere ser el que gasta más, el que trabaja peor o el único que se cuela.

"Otro estudio realizado en un supermercado muestra que las cajeras que tienen delante a una compañera muy productiva se esfuerzan más para no parecer menos eficaces y esto provoca un efecto dominó". En una calle limpia la gente no tirará nada al suelo; en una calle sucia, es más probable que lo hagan.

En la misma UPF, los profesores han comprobado que los estudiantes han pasado de no respetar la prohibición de fumar en el recinto a dejar por completo de hacerlo. "Para eso hizo falta un control muy duro durante unos meses con más vigilantes hasta cambiar sus hábitos", un reinforcement, aclara. El siguiente paso es la estigmatización. "Si la gente siente que al hacer algo todos los demás le miran mal, es mucho más difícil que lo haga. Primero hay que aumentar el control y luego estigmatizar a quienes se cuelen. Es lo que ocurre en Suiza, a nadie se le ocurre hacerlo por miedo a que los demás le vean y le señalen con el dedo", explica Patricia Funk.

En ese sentido, los investigadores proponen que el control se complemente con una campaña de estigmatización. "Mostrar un perfil incívico y antisocial de las personas que se saltan la regla para que nadie quiera identificarse con ellas". Y una campaña de sensibilización, igual que en su momento se informó de los perjuicios de fumar en recintos públicos. "Por eso es importante conocer los motivos. Si lo hacen porque es caro, hay que informarles de que les resultaría mucho más caro que se privatizara el transporte. Y que eso podría acabar sucediendo si se siguen colando", apuntan.

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Otro aspecto es la percepción de los usuarios. "Probablemente los que se cuelan creen que lo hacen muchos más de los que son en realidad, y tienen que saber que no es así".

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