Washington impone a Toyota una multa récord por ocultar el defecto en el acelerador
El Departamento de Transporte de Estados Unidos ya tiene calculada la sanción que va a aplicar a Toyota por los fallos técnicos que están detrás de la llamada a revisión de 2,3 millones de coches de algunos de sus modelos en enero pasado. En concreto, la multa asciende a 16,4 millones de dólares (12 millones de euros), la máxima posible, lo que la convierte en la mayor penalización financiera que se va a aplicar a un fabricante de coches.
Washington castiga a la firma japonesa porque no informó con la celeridad necesaria de los problemas con el acelerador, ya que tiene documentos que prueban que Toyota conocía el problema desde el 29 de septiembre de 2009.
El Gobierno federal dispone de documentos que prueban que ese día el fabricante nipón envió instrucciones de reparación a sus distribuidores en Canadá y otros 31 países para responder a las quejas por aceleraciones súbitas. Esos documentos, según Washington, muestran que Toyota sabía que los consumidores de EE UU experimentaban los mismos problemas.
Toyota "ocultó a sabiendas durante meses un defecto peligroso a las autoridades de EE UU y no hizo nada para proteger a millones de conductores y sus familias", afirma el secretario de Transporte, Ray LaHood. Los fabricantes están obligados a notificar los defectos que afecten a la seguridad en el plazo de cinco días laborables.
La multa anunciada anoche se refiere sólo al problema del acelerador, de modo que el Departamento de Transportes sigue investigando por si hubiese otras irregularidades merecedoras de sanción.
Alianza de gigantes
Por otro lado, la alianza de compañías automovilísticas Renault-Nissan y la firma Daimler AG negocian un acuerdo de intercambio de acciones por el cual planean compartir gastos de desarrollo y ahorrar "miles de millones de euros", según fuentes anónimas citadas por Bloomberg. Los fabricantes esperan firmar mañana en Bruselas un pacto que incluya un cruce accionarial del 3% al 4%.
