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Reportaje:Masters de Augusta

Una vieja batalla

Los ingleses Poulter y Westwood, líderes, desafían a Woods y Mickelson - García y Jiménez salvan el corte y Quirós, fuera

Juan Morenilla

Se avecina una vieja batalla en el Masters, la resurrección de una rivalidad que parecía enterrada. Dos señores del golf, Reino Unido y Estados Unidos, se miran cara a cara. Ian Poulter y Lee Westwood, los nuevos líderes, con ocho bajo el par, representan el renacer del viejo continente frente al poder del imperio, Woods, Mickelson y el resto de chicos locales. Como si fuera una vieja Copa Ryder, la de los pioneros, hasta que los ingleses pidieron auxilio al resto de Europa frente al abuso yankee y Ballesteros acudió con la caballería para decir basta. Así deben sentirse ahora Westwood y Poulter, dos infiltrados en terreno enemigo.

Los dos ingleses volaron ayer en la segunda jornada para trepar a la azotea de la clasificación: Westwood, un golfista en un corpachón de jugador de rugby (hizo sus pinitos), el último ganador de la Orden del Mérito, esprintó con un eagle y un birdie consecutivos en los hoyos dos y tres, y mantuvo el tipo con algún sube y baja; Poulter dejó en el armario sus estridentes pantalones y sin apenas mancha en la tarjeta subió posiciones como una hormiguita recogiendo birdies: cinco (-8 al final de su ronda, ensuciada con un bogey final). Queda tela por cortar, pero el golf europeo puede al menos ponerse a pensar en una chaqueta verde que no viste desde Olazábal en 1999.

En el cogote de los dos ingleses están ya los dos generales estadounidenses, Woods y Mickelson, que meten presión a dos golpes igualados a otros aspirantes con menos galones, Kim, Barnes y Choi. Alguna risita aparte, El Tigre ha conseguido lo que parecía imposible desde diciembre, que cuando se hable de Woods se hable de golf, de putts, de birdies, de la solidez de su juego pese al parón, como si nunca se hubiera ido. Era lo que necesita la gente, ver a Woods dispuesto a meter el bocado. Y lo que necesita Woods, que se ha ido calentando, dejando escapar algo de pasión -con cuentagotas: cuando un niño le tiende la mano desde la calle, Woods pasa como un soldado desfilando-. Woods fue un metrónomo. Se encuentra a gusto, confiado en sus golpes: si mejora los putts, saldrá disparado. Peligro seguro. Como Mickelson, que remó para estar donde le toca, en primera línea.

Si subieron los ingleses, bajaron los tipos de pelo blanco, Couples y Watson, y sobrevivieron dos españoles, García y Jiménez. El Niño empezó con el morro torcido y un bogey, necesitó tres putts para cuatro metros en el hoyo 10, y en el 12 le atizó un golpe a la bolsa de palos. Pero despertó y con un golpe de riñones cerró la tarjeta en el par, suficiente para pasar el corte. Curioso, el mejor palo en la bolsa de García ha sido el putter: es el segundo jugador que menos putts ha necesitado, 53 en 36 hoyos. Quién lo iba a decir. Jiménez se salvó por el pelo del bigote con +3. Sin ofuscaciones, ha pasado el corte siete años seguidos. Y en el camino se quedó Quirós, el que más lejos le ha pegado en Augusta con el drive pero muy impreciso en el juego medio y corto. Potencia sin control. Por cierto, el campeón, Cabrera, se salvó también con un putt de siete metros en el 18.

Clasificación tras la 2ª ronda: 1. I. Poulter (R. U.) y L. Westwood (R. U.), 136 golpes, ocho bajo par. 3. T. Woods (EE UU), K. Choi (Corea del S.), R. Barnes (EE UU), A. Kim (EE UU) y P. Mickelson (EE UU), 138. 21. S. García, 144. 40. M. Á. Jiménez, 147. 64. Á. Quirós, 150.

Westwood, ayer en el 12º hoy9o de la segunda jornada del Masters
Westwood, ayer en el 12º hoy9o de la segunda jornada del MastersAP

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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