El hombre de los 555 estadios

Si una persona dijera en una reunión de amigos que los madrileños se bebieron el año pasado 555 millones de metros cúbicos de agua, la cifra dejaría indiferente a la mayoría de los asistentes. Sin embargo, si esa misma persona añadiera que son tantos litros de agua como los que cabrían en 555 estadios Santiago Bernabéu, la cosa cambiaría y más de uno se sorprendería. Pues detrás de todos ellos y de que el agua fluya cada vez que se abra el grifo está el director de gestión hídrica y abastecimiento del Canal de Isabel II, Avelino Martínez. Este ingeniero de Caminos, de 61 años de edad y con 20 en la empresa pública, dirige a 800 personas.

El trabajo de Martínez y su equipo va desde la captación de agua hasta la llegada al cliente, lo que incluye también el transporte, la potabilización y el abastecimiento. Detrás de estos conceptos tan genéricos este ingeniero se encarga de controlar 15.000 kilómetros de conducciones de muy distintos tipos. "Si todas estas se pusieran en línea recta, se llegaría a Australia o a Alaska", reconoce con una sonrisa en la boca el director de gestión hídrica. Algunas son tan enormes que permiten el paso más que holgado de un todoterreno.

Cada madrileño consumió de media 140 litros de agua al día en 2009

El ingeniero controla 15.000 kilómetros de conducciones

Martínez llega todas las mañanas a las 8.30 a su despacho. A veces incluso antes. Su primera función consiste en entrar en la sala de control, donde recibe todas las novedades e incidencias del servicio. Son los momentos previos a las reuniones, que se llevan la mayor parte de la mañana. Y es que el Canal de Isabel II suministra agua a 175 de los 179 municipios de la región. El resto cuenta con servicios propios. "Sabemos en tiempo real todo lo que ocurre. Recibimos, por ejemplo, todos los datos que estamos sacando de cada embalse y el agua que queda en el mismo", relata el jefe del Canal.

Pero, ¿cuánto tiempo pasa desde que el agua cae desde el cielo hasta que llega al consumidor? El tiempo es variable y va desde horas hasta días. El proceso no deja de ser curioso, por desconocido. Primero se abre el grifo del pantano. A través de tuberías llega en unas tres horas a la planta de tratamiento, donde el agua estará un mínimo de ocho horas. Es el tiempo en que se purifica y se clora. Primero se pasa por unos clarificadores, en los que se eliminan las materias en suspensión disueltas en el agua. Después se mete en unos filtros y se desinfecta. Para ello se echa cloramina, una sustancia muy persistente y que permite que el agua pueda estar almacenada dos días. Acto seguido, se pone ya en circulación y está lista para ser consumida. "Hay que ver cómo se mueve todo el volumen de agua para que no se quede en un punto mucho tiempo y llegue con menor calidad y para que no nos quedemos sin agua lista para distribuirla. También hay que ver de dónde se coge el agua para no vaciar una cuenca en detrimento de otra", señala Martínez. Para ello, resulta fundamental el trabajo coordinado con la Confederación Hidrográfica del Tajo, el organismo que regula todo el movimiento de las aguas.

¿Y derrochan los madrileños el agua? La respuesta de Martínez es que no. El consumo doméstico supone una media de 140 litros por habitante y día, lo que representa 20 litros menos que la media nacional. "Eso se ha debido a las continuas campañas que hace el Canal para que la gente reduzca su consumo y a que el mensaje, sobre todo, ha calado en los madrileños", analiza el jefe del Canal. "Y resulta paradójico, porque somos una de las pocas empresas que pide a sus clientes que no consuman. Es casi como el mundo al revés", bromea Martínez.

El consumo ha ido bajando en los últimos años. Sólo en 2005 se consumieron 610 millones de metros cúbicos de agua, frente a los 535 de 2008. "En ese tiempo, la población ha ido creciendo y el consumo se ha reducido. Las previsiones son que Madrid deberá asegurarse 800 millones de metros cúbicos para 2015. Ese es ahora nuestro reto, sobre todo por la proyección de crecimiento de la población y la construcción de nuevos desarrollos urbanísticos", añade el directivo del Canal.

Los embalses están bien de recursos. Ayer estaban al 80,8% de capacidad, tras un invierno muy duro y con muchas nevadas. "La gente está confundida porque ha hecho mucho frío y ha nevado, pero no ha caído tanta agua como parecía. Gracias a las precipitaciones de enero a marzo se ha salvado el año. De hecho, hemos vivido uno de los años más secos de los últimos 100 años", reconoce el ingeniero.

Madrid siempre ha llevado fama de tener una de las mejores aguas del país. Este mérito es fruto de dos factores: la propia naturaleza que genera un agua muy pura en origen por estar en zonas graníticas y el Canal, "que es capaz de no estropearla", según Martínez.

Un tema del que no le gusta hablar es el de las averías. En 2009 se registraron 12.500 roturas (3.500 en la red general y 9.000 en las acometidas). "Tenemos una rotura cada cuatro kilómetros de red. Además, muchas veces se nos acusa de perder mucha agua en las roturas, pero no es cierto. No podemos cerrar muy rápido para no reventar las conducciones en otro punto. También tenemos problemas a veces para cerrar una llave de paso. O se ha asfaltado encima, o un coche nos lo impide, o se ha cambiado de ubicación. A veces hay graves inconvenientes", concluye.