Bruselas quiere que la banca financie un fondo anticrisis

Los ministros de Economía de la Unión Europea debatirán hoy en un consejo informal la creación de un fondo constituido por aportaciones de los propios bancos para intervenir ante futuras crisis. El objetivo es que no sean los Tesoros públicos y, por tanto, los contribuyentes, los que tengan que hacer frente a los desastres generados por la mala gestión y falta de previsión de las entidades. El coste de la actual crisis financiera equivale ya al 13% del producto interior bruto (PIB) de la UE.

El comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, anticipó ayer algunas de las ideas que prepara la Comisión, para reforzar la regulación y supervisión financiera en la Unión. Se presentarán formalmente el próximo mes de junio.

La Comisión quiere evitar que sea sólo el contribuyente el que pague la crisis

Barnier expresó la necesidad de constituir sistemas de supervisión financiera y de prevención de crisis "eficaces y creíbles", con la convicción de que ello permitiría alcanzar una mayor seguridad para todo el sistema. Se trata, en definitiva, de reducir los riesgos. El fondo, según Barnier, debería actuar de manera preventiva para evitar nuevas "catástrofes".

Las iniciativas en materia de supervisión financiera se inspiran en el documento elaborado por el grupo de expertos presidido por Jacques de Larosière, recogidas luego por la Comisión. La normativa legislativa deberá ser aprobada con el acuerdo de los Estados miembros y del Parlamento Europeo. Éste ha expresado su deseo de reforzar la propuesta de Comisión.

En relación con el fondo para afrontar futuras crisis bancarias, la Comisión baraja varias opciones. Se puede constituir una red de fondos armonizados nacionales o establecer un único fondo europeo que podría ser empleado tanto para bancos nacionales como para bancos transfronterizos. Bruselas cree que una red de fondos nacionales podría ser más compatible con la situación actual y un primer paso importante. La iniciativa de Bruselas será especialmente útil para los 40 bancos transfronterizos que existen en la UE y cuyo tratamiento en caso de crisis resulta complejo.

A la vista de las discrepancias ya manifestadas por el Parlamento Europeo, que lamenta la rebaja de los objetivos iniciales de la Comisión por las presiones del Reino Unido, Barnier advirtió ayer de la necesidad de un acuerdo rápido. "Si no", dijo, "no habrá supervisión y la existente continuaría siendo artificial". En su opinión, no se puede exigir una capitalización de los bancos y continuar con una supervisión débil.

Barnier reconoció las observaciones de los ministros o de los banqueros que argumentan: "Atención, si usted me exige una capitalización muy fuerte, no tendremos dinero para la economía". Y les contesta que el coste de la crisis ha recaído sobre los contribuyentes. Por ello, señaló que sería conveniente inspirarse en países como EE UU, que intentan evitar que sean los contribuyentes los que paguen la crisis.