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Reportaje:

Relevo para 'Gervi'

Los 'juniors' Néstor Abad, oro en anillas en los Europeos, y Fabián González, con dos medallas, impulsan la transición de la gimnasia española hasta Londres 2012

Amaya Iríbar

La gimnasia es un deporte duro. Por eso a los veintitantos el cuerpo empieza a decir basta y es raro el atleta que no tiene que pasar por el quirófano para arreglarse los hombros, las rodillas, las muñecas. Le pasó a Gervasio Deferr, el mejor exponente, el más brillante de la gimnasia española con sus tres medallas olímpicas, dos oros, una plata, en tres Juegos diferentes. Le pasa ahora a Rafa Martínez, visible el costurón en su hombro izquierdo, sujeta con esparadrapo la muñeca derecha y varios dedos, incapaz el mejor gimnasta de Europa en 2005 de hacer los seis aparatos su mejor nivel; a Manu Carballo y a Isaac Botella. Ayer los tres veteranos del equipo, más cerca de los 30 años que de los 20 y con casi una década de gimnasia sobre los hombros, acabaron séptimos en sus respectivas finales en los Europeos (suelo, paralelas y salto).

Los dos gimnastas pueden competir en los Mundiales absolutos de octubre
"A estas edades no se puede aspirar a más", asegura el seleccionador

Pero en Birmingham también estaban los junior Fabián González (a punto de cumplir los 18) y Néstor Abad (17), que garantizan sangre nueva para la exhausta gimnasia española. El mallorquín, la gran esperanza del seleccionador nacional Álvaro Montesinos, el más completo de los dos, fue plata en salto y bronce en barra. Además rozó las medallas (cuarto) en suelo y todo ello un día después de acabar en la misma posición en el concurso general, el que premia al mejor gimnasta, tras sufrir un ligero traspiés en el salto. Abad, que iba de tapado, dio un paso más y se proclamó campeón en anillas, algo que no pasaba desde que lo consiguiera el mítico Joaquín Blume, allá por los años 50.

Montesinos, que tiene en la cabeza un preciso calendario que va de aquí a Londres 2012, quería que los dos jóvenes talentos se foguearan en estos campeonatos, ganaran experiencia internacional de cara a los Mundiales de octubre, donde empieza la criba gimnástica para los Juegos Olímpicos. "A estas edades no se puede aspirar a más", confesaba ayer el seleccionador, contento por la actuación de los pequeños, pero también de los mayores: "la final por equipos tiene mucho valor. Si no nos hubiera podido la presión en algunos momentos habríamos logrado una medalla". Acabaron cuartos.

González es mallorquín. Abad, alicantino. González es un gimnasta alto y estilizado que, a pesar de ello, brilla sobre todo en suelo y Abad una pequeña bomba, todo fortaleza. Ambos se entrenan desde hace años en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, con el resto del equipo nacional.

"Sus ejercicios tienen dificultad de sobra y lo que les falta es experiencia", confesaba Montesinos antes de viajar a Birmingham en un agotador viaje en autobús y barco por culpa del volcán islandés. Precisamente ese volcán es el que hace que los resultados queden deslucidos por la ausencia de rusos, ucranianos y bielorrusos.

Pero el principal objetivo está cumplido. Los jóvenes ya saben lo que es competir al mejor nivel y los mayores, maltrechos pero en pie, son conscientes de que tienen que aumentar la dificultad de sus ejercicios para luchar por las medallas. La transición está en marcha.

Fabián González en una imagen cedida por la Federación Española.
Fabián González en una imagen cedida por la Federación Española.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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