En busca de un lugar en la historia

Corría la Semana Santa de 1493 y los Reyes Católicos pasaban una temporada en el monasterio de Sant Jeroni, tras el atentado que Fernando acababa de sufrir en Barcelona a manos del regicida Joan de Canyamars. En esa fecha, los reyes recibieron a Colón tras volver de su primer viaje a América. No se ha podido establecer con seguridad el lugar del recibimiento, pero muchos autores sostienen que fue en este monasterio de Badalona. "Hay una cosa segura, y es que el 50% sí estaba aquí", explica Aymar refiriéndose a los reyes, y defiende este lugar para el encuentro frente a otros posibles lugares, como el Saló del Tinell.

Sant Jeroni fue fundado en el año 1416 por el mercader barcelonés Bertran Nicolau. Los reyes Juan II, Isabel y Fernando, Carlos I y Felipe II estuvieron hospedados en el monasterio y dejaron huella pagando algunas de las obras de construcción del conjunto. Juan II costeó el refectorio donde los monjes comían entre rezos, tal como se afirma en una inscripción en el techo -Rex Ioannes me fecit- que apareció en los trabajos de restauración de 1993 y que reinauguraron otros reyes, Juan Carlos I y Sofía, coincidiendo con los 500 años de la llegada de Colón a América; algunas de las celdas y el coro de la iglesia, hoy desaparecido, fueron subvencionados por Carlos I, que aparece reproducido en uno de los capiteles (con su peculiar prognatismo) y en una pintura con su mujer, Isabel de Portugal, y Felipe II mandó construir la torre prioral, un enorme edificio de ocho plantas donde los monjes se refugiaban en caso de amenaza pirata y cuyos muros de tres metros de grosor siguen impresionando por su solidez. Antoni Viñas, el notario que introdujo la letra cortesana en Cataluña, pagó las cuatro esquinas del claustro, y dos religiosos vinculados a Sant Jeroni de la Murtra fueron el consejero real Pere Benejam y Ramon Pané, el primer cronista del descubrimiento que describió la cultura taina que encontró Colón a su llegada a América.

"En Cataluña se han privilegiado unas épocas históricas y el arte que produjeron, como la de los comtats reials, la expansión por el Mediterráneo, el arte románico y gótico; pero la época de los Trastámaras, los Austrias y los Borbones ha pasado a un segundo plano, y su arte también", asegura Jaume Aymar. "A este monasterio se lo ha vinculado a lo 'español', cuando en realidad el 90% de los monjes y priores fueron catalanes, cosa que no ha ocurrido en el de Montserrat", explica el sacerdote. "La leyenda negra de los Reyes Católicos ha pesado mucho, pero hay que revisar la historia, tiene que ser más objetiva", afirma. Aymar, convencido de que el contexto catalán y este monasterio desempeñaron un papel destacado en los primeros viajes al continente americano, asegura que "hacen falta más estudios que lleven a Sant Jeroni a encontrar su lugar en la historia". Con respecto a la restauración que se efectuará en los próximos años, el sacerdote es contrario a "algunas rehabilitaciones contrastadas que se han realizado en Cataluña y que han acabado transformando los edificios". Él defiende que la intervención tiene que ser "muy pensada, dialogada con el edificio para que lo respete, y sobre todo que permita conservar el silencio que aquí se respira, el auténtico tesoro de este lugar".