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Cumbre de mínimos en La Moncloa

Cambio de escena tras los 'maitines'

Carlos E. Cué

La semana ha sido muy intensa en el PP. El lunes, la cúpula del partido, reunida en los llamados maitines, decidió que Mariano Rajoy haría como siempre: después de la reunión con Zapatero, comparecería en sede del PP en la calle Génova. Es lo que había pasado en las últimas reuniones, como muestra evidente de la distancia que Rajoy quiere poner con el presidente. Y el martes, en esa misma línea, el líder del PP lanzó en Puertollano (Ciudad Real) un discurso durísimo. "Grecia está como está por políticas como las de Zapatero".

Pero el martes fue un día muy largo. El líder del PP vio cómo las Bolsas se hundían, cómo el Rey pedía de nuevo unidad para enfrentarse a la crisis, y recibió todo tipo de mensajes del mundo financiero, cuyos máximos dirigentes veían cómo sus acciones se desplomaban. Así que Rajoy cambió su decisión inicial, la de maitines, y anunció que comparecería en La Moncloa. Lo hizo además en la sala reservada al Gobierno, y no en una contigua donde comparecen las visitas.

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Pero lo que no aceptó el PP es una comparecencia conjunta. En un primer momento se colocaron dos atriles en la sala, y fuentes del PP insistían en que habían sido ellos quienes rechazaron esa posibilidad.

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